Un terrible accidente ocurrido en una instalación médica de Michigan conmocionó a la comunidad. Thomas Cooper, un niño de tan solo cinco años, murió tras la explosión de una cámara hiperbárica en el Oxford Center en Troy. Su madre, que estaba junto a él en ese momento, resultó herida al intentar desesperadamente salvarlo.

Un incendio fatal en cuestión de segundos

Las autoridades revelaron que el pequeño Thomas quedó atrapado dentro del dispositivo cuando una chispa provocó un incendio devastador en el interior de la cámara hiperbárica de oxígeno presurizada. Según la fiscal general de Michigan, Dana Nessel, el fuego consumió la estructura en cuestión de segundos, dejando a la víctima sin posibilidad de escape.

“Los incendios dentro de una cámara hiperbárica se consideran eventos de carácter terminal. Cada incendio de este tipo es casi con certeza fatal y por eso se han desarrollado muchos procedimientos y prácticas de seguridad esenciales para evitar que ocurra un incendio”, declaró Nessel en una rueda de prensa.

Cuatro detenidos por la tragedia en la cámara hiperbárica

Tras una investigación exhaustiva, las autoridades arrestaron a cuatro personas vinculadas al caso, quienes enfrentan graves cargos por la muerte del niño en la cámara hiperbárica.

¿Quiénes son los acusados?

• Tamela Peterson, de 58 años: Fundadora y directora ejecutiva del Oxford Center, enfrenta cargos de asesinato en segundo grado.
• Gary Marken, de 65 años: Gerente de la instalación, acusado de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario.
• Gary Mosteller, de 64 años: Gerente de seguridad, también enfrenta cargos de asesinato en segundo grado y homicidio involuntario.
• Aleta Moffitt, de 60 años: Operadora de la cámara en el momento de la explosión, acusada de homicidio involuntario y de proporcionar intencionalmente información médica falsa en un registro.

Los cuatro fueron arrestados el lunes y esperan comparecer ante el tribunal de distrito de Troy.

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Un tratamiento sin acreditación y una negligencia fatal

La fiscalía señaló que la muerte de Thomas Cooper pudo haberse evitado si se hubieran seguido las medidas de seguridad establecidas. Según Nessel, la instalación operaba de manera irresponsable, ofreciendo tratamientos no acreditados y poniendo en riesgo la vida de sus pacientes, incluyendo niños.

“Los acusados pusieron sin escrúpulos en riesgo los cuerpos de los niños a través de tratamientos no acreditados y desacreditados, simplemente porque generaban ingresos”, afirmó Nessel.

Defensa de los acusados y reacciones

El abogado de Gary Marken, Raymond Cassar, manifestó su sorpresa ante la magnitud de los cargos, argumentando que se trató de un accidente trágico, no de un acto intencional.

“Por justicia, se presume su inocencia. Esto fue un trágico accidente y nuestros pensamientos y oraciones están con la familia de este niño. Quiero recordar a todos que esto fue un accidente, no un acto intencional”, declaró Cassar.

Por su parte, la abogada de Moffitt, Ellen Michaels, se negó a hacer comentarios antes de la comparecencia judicial de su clienta.

Investigación en curso

Las autoridades continúan recopilando pruebas y testimonios para esclarecer los hechos. Una de las principales incógnitas es si la instalación contaba con las certificaciones necesarias para operar estos dispositivos de oxígeno presurizado y si existían antecedentes de fallos o negligencias previas.

Este caso ha generado gran conmoción y polémica, poniendo en el ojo del huracán la regulación de los tratamientos alternativos y la responsabilidad de los centros médicos que los ofrecen. La comunidad espera justicia para el pequeño Thomas Cooper y su familia.