Un trágico suceso conmocionó a la ciudad de Jacksonville, en el estado de Florida, el pasado lunes por la tarde. Un niño de nueve años disparó accidentalmente a otro de seis años en la cabeza, causándole la muerte. El menor fue trasladado al hospital, pero no pudo sobrevivir a la grave herida.

Según informó el subjefe de la oficina del sheriff de Jacksonville, J.D. Stronko, en una rueda de prensa, los dos niños se encontraban dentro de una residencia bajo el cuidado de un adulto, cuando uno de ellos consiguió acceder a un arma de fuego y efectuó un único disparo que alcanzó a la víctima. Stronko no reveló la relación entre los dos menores, ni tampoco el tipo de arma utilizada, debido a restricciones legales para la protección de menores. Tampoco hay indicios de violencia criminal ni sospechosos relacionados con el incidente, que sigue bajo investigación.

Este hecho se suma a la larga lista de tiroteos involuntarios protagonizados por niños en Estados Unidos, un país donde el derecho a estar armado está consagrado por la Constitución y donde hay más armas que habitantes. Según el grupo Everytown for Gun Safety, una organización que aboga por una regulación más estricta de las armas de fuego y que hace un seguimiento de este tipo de incidentes, casi cada día un niño tiene acceso a un arma de fuego cargada y se dispara involuntariamente a sí mismo o a otra persona: una media de 350 niños al año.

Las víctimas de los disparos de los niños suelen ser también niños

Cuando los niños disparan involuntariamente a otra persona, la víctima suele ser un hermano u otro niño. Más del 70% de los tiroteos involuntarios de niños se producen en el interior o en los alrededores de los hogares, con mayor frecuencia en momentos en los que es probable que los niños estén en casa: durante el fin de semana y en verano.

Los dos grupos de edad con más probabilidades de dispararse involuntariamente a sí mismos o a otros son los estudiantes de secundaria de entre 14 y 17 años, seguidos de los preescolares de cinco años o menos. Desde 2015, la proporción de tiroteos de niños de cinco años o menos ha aumentado, mientras que la de los estudiantes de secundaria ha disminuido.

Los incidentes son más bajos en los estados con leyes que responsabilizan a los propietarios cuando los niños acceden a un arma no custodiada o que exigen el almacenamiento seguro o la prevención del acceso de los niños. Sin embargo, solo 27 estados y el Distrito de Columbia tienen alguna forma de ley sobre este tema.

La tragedia ocurrida en Jacksonville ha reavivado el debate sobre la necesidad de adoptar medidas más estrictas para evitar que las armas caigan en manos equivocadas y para proteger la vida y la seguridad de los menores.

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