Durante la mañana de este martes 27 de agosto en el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta, Georgia, un equipo de trabajadores de la aerolínea Delta sufrió las consecuencias de la explosión de una de las llantas de un avión Boeing 757-232, dejando un saldo de dos personas fallecidas y una herida de gravedad.
Las víctimas de este trágico incidente, cuyas identidades aún se desconocen, se encontraban realizando labores de mantenimiento en el avión cuando el neumático explotó inesperadamente en un hangar de mantenimiento cercano a la terminal internacional del aeropuerto.
Los Aviones Boeing han presentado fallas recurrentes
Este acontecimiento ha sacudido a la empresa Delta en medio de una serie de incidentes relacionados con la compañía Boeing, siendo uno de los más recientes el desprendimiento de un panel en un avión de Alaska Airlines a principios de este año.
El avión Boeing 757-232 tenía una antigüedad de más de 30 años y había permanecido en tierra desde la noche del pasado domingo 25 de agosto, luego de completar un vuelo desde Las Vegas, Nevada.
En un comunicado emitido por la aerolínea Delta, se confirmó la pérdida de dos de sus trabajadores y la lesión de un tercero, expresando su profundo pesar por lo ocurrido y ofreciendo todo el apoyo necesario a las familias de las víctimas y a sus compañeros en este momento de dolor.