Los habitantes de Pampa Blanca, en Argentina, han salido a las calles para exigir justicia por el feminicidio de Angelina González, una niña de 15 años cuyo cuerpo fue encontrado sin vida junto a un río el pasado lunes 5 de mayo. La joven soñaba con convertirse en bailarina.

Según los reportes oficiales, la menor fue secuestrada por un hombre de 25 años, cuya identidad aún no ha sido revelada, pero se presume que su apellido es Ochoa. Tras el hallazgo del cuerpo de Angelina, el sospechoso intentó quitarse la vida ingiriendo veneno para ratas, pero fue intervenido a tiempo y ahora enfrenta cargos por el presunto feminicidio de la adolescente.

La Fiscalía ha acusado a Ochoa de secuestro y asesinato, señalando que el móvil del crimen podría haber sido que la menor se negó a mantener una relación sentimental con él. Romina Núñez, titular de la Fiscalía Especializada en Violencia de Género, Violencia Sexual e Intrafamiliar de Perico, ha destacado que existen pruebas contundentes que apuntan a la responsabilidad del sospechoso en el feminicidio de Angelina.

La investigación sigue en curso, con la recopilación de testimonios que puedan acreditar el vínculo entre la víctima y su agresor. Se ha tipificado el caso como homicidio doblemente agravado por haber mediado violencia de género.

En cuanto al feminicidio, se ha informado que el cuerpo de la niña presentaba signos de estrangulamiento manual y las autoridades trabajan en determinar si fue agredida sexualmente antes de su muerte. Los seres queridos de Angelina han revelado que el sospechoso ya había intentado secuestrarla en el pasado, a pesar de que la niña tenía un novio de su edad.

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