Este miércoles 21 de mayo se registró un ataque terrorista en la provincia pakistaní de Baluchistán, según informó el Ejército Pakistaní. El atentado, fue dirigido a un camión escolar de una institución administrada por el Ejército, lo que resultó en la muerte de cinco personas, incluyendo tres niñas de secundaria y preparatoria. En virtud de ello el gobierno pakistaní ha responsabilizado a la India por el ataque suicida.

Yasir Iqbal, administrador del distrito de Khuzdar, donde ocurrió el ataque, indicó que el camión transportaba a 40 pasajeros al momento del atentado. Los múltiples heridos, junto con los cuerpos de las víctimas, fueron llevados al Hospital Militar de Khuzdar. Aquellos con heridas más graves serán trasladados a Karachi y Quetta para recibir atención médica especializada.

Sin embargo, a pesar de que ningún grupo ha reclamado la autoría del ataque, el Servicio de Relaciones Públicas del Ejército de Pakistán (ISPR) señaló a la India como responsable, describiendo el ataque como una respuesta a eventos en el campo de batalla.

El ISPR declaró que "estos terroristas proxis indios están siendo utilizados como herramienta estatal de la India para fomentar el terrorismo contra blancos fáciles, como niños inocentes y civiles, en Pakistán".

Reacciones Internacionales

Del mismo modo el primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif, condenó la violencia en Baluchistán y apoyó las acusaciones contra la India, aunque no presentó evidencia que ligara los ataques con Nueva Delhi. Tanto Sharif como los ministros del Interior y la Defensa se trasladaron a Quetta para una reunión de seguridad centrada en el orden en Baluchistán.

Pese al cese al fuego acordado el 10 de mayo, las tensiones entre Pakistán e India siguen en aumento, con ambas naciones acusándose mutuamente de patrocinar grupos terroristas en sus territorios.

En abril, el Ejército pakistaní detuvo a un supuesto terrorista entrenado en India, lo que consideran evidencia del respaldo de Nueva Delhi a estos grupos.

India ha rechazado estas acusaciones, calificando a Pakistán como el epicentro global del terrorismo. Un portavoz indio declaró que "para distraer la atención de su reputación como epicentro global del terrorismo y para ocultar sus propios errores, Pakistán culpa a la India por sus problemas internos".

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