Luego de un ataque aéreo israelí en el sur del Líbano, que dejó a Ali Jalifa atrapado bajo los escombros durante 14 horas y acabó con la vida de varios miembros de su familia, los rescatistas no esperaban encontrar al niño libanés de dos años aún con vida.
Ali, que sufrió la amputación de una mano y ahora depende de un respirador en una cama de hospital, es el único miembro de su familia que sobrevivió, explicó Husein Jalifa, tío de su padre, a AFP.
El ataque, ocurrido el 29 de octubre, mató a los padres, la hermana y las dos abuelas del pequeño. Este bombardeo se produjo en medio del aumento de las operaciones militares de Israel contra Hezbolá en el Líbano.
La ofensiva, que tuvo lugar en Sarafand, al sur de la ciudad de Saida, destruyó varios apartamentos y causó la muerte de 15 personas, entre ellas varios familiares de Ali Jalifa.
«Los rescatistas ya casi no tenían esperanzas de encontrar sobrevivientes entre los escombros», relató Husein desde el hospital de Saida, cuando Ali fue hallado entre los restos por la pala de una excavadora, apenas respirando tras más de 14 horas sepultado.
Israel ha estado en conflicto con Hezbolá desde finales de septiembre, además de enfrentarse a Hamas en Gaza desde octubre de 2023. Desde el 23 de septiembre, la escalada ha dejado más de 2,600 muertes en el Líbano, según el Ministerio de Salud.