Una familia de Fallbrook, un suburbio al norte de San Diego, California, sufrió una terrible pérdida este lunes cuando un niño de tres años disparó accidentalmente a su hermana de un año en la cabeza con una pistola que encontró en la casa.

Según el comunicado de la oficina del sheriff del condado de San Diego, la policía local recibió una llamada alrededor de las 7:30 h hora local para reportar disparos en la vivienda. Al llegar al lugar, los agentes hallaron a la niña gravemente herida y la trasladaron a un hospital cercano, donde fue declarada muerta.

La policía no reveló el nombre de la menor fallecida “por respeto a la familia y por ser menor de edad”, según el comunicado. Tampoco se ha informado si los padres o algún otro adulto estaban presentes en el momento del incidente o si enfrentarán cargos por negligencia.

Las autoridades han abierto una investigación para esclarecer “con más detalles” el caso del niño y determinar si hubo alguna violación de las leyes de armas en el estado

California es uno de los estados con mayor restricciones al porte de armas, permitido para los mayores de 21 años. Sin embargo, los accidentes con armas de fuego involucrando a menores son frecuentes en el país. Según un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), entre 2005 y 2014 se registraron 2.715 muertes de niños y adolescentes por disparos accidentales.

Los expertos recomiendan tomar medidas de seguridad para prevenir las heridas por arma de fuego en el hogar, como guardar las armas descargadas y bajo llave, separadas de las municiones, usar seguros de gatillo o dispositivos a prueba de niños, y enseñar a los hijos a no tocar ni jugar con las armas.

Este caso se suma a otros ocurridos recientemente en Estados Unidos, donde la violencia con armas de fuego ha aumentado durante la pandemia de covid-19. En 2020, la tasa de homicidios con armas de fuego en EE.UU. fue la más alta registrada desde 1994, según datos de los CDC.

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