Lo que parecía ser una madrugada tranquila en el sector 2, grupo 4 de Villa El Salvador, Perú, terminó en caos, miedo y escombros. A las 5:00 a.m. del martes 20 de mayo, una poderosa explosión sacudió un conjunto de viviendas luego de que un hombre presuntamente involucrado en un intento de extorsión intentó colocar un artefacto explosivo en la puerta de una casa de dos pisos. El plan no salió como esperaba: el artefacto detonó antes de tiempo y le causó heridas mortales.

El sujeto, que llegó a bordo de una motocicleta negra, pretendía instalar el explosivo en una vivienda donde opera un negocio de servicios técnicos de audio para automóviles. Sin embargo, la carga fue tan potente que detonó en sus propias manos, provocando una explosión que destrozó parte de la fachada del inmueble objetivo y causó daños colaterales en al menos otras cinco casas.

Los restos de su equipo quedaron esparcidos en la vía pública: un casco, un zapato y fragmentos de ropa fueron hallados a varios metros del lugar del estallido. Aunque los bomberos acudieron rápidamente y lograron trasladarlo con vida al Hospital de Emergencia de Villa El Salvador, el hombre falleció poco después debido a la gravedad de sus heridas.

Las autoridades manejan dos líneas de investigación que dan un giro aún más perturbador a este caso. La primera apunta a un intento de extorsión. Si bien el propietario del negocio técnico afectado negó haber recibido amenazas previas, la colocación del explosivo sugiere lo contrario. “Llevo 12 años trabajando aquí y nunca pasó algo así”, declaró sorprendido.

La segunda hipótesis tomó fuerza por un oscuro trasfondo familiar. En el inmueble afectado vive el hijo de Olga Alejos Viera, una mujer que recientemente denunció haber sido amenazada por su propio hermano, César Alejos Viera. Con un historial criminal de alto calibre, que incluye homicidio y robo agravado, César habría protagonizado varios episodios violentos desde que recuperó su libertad tras pasar dos décadas en prisión.

De hecho, solo días antes de la explosión, Olga reportó que su hermano provocó un incendio en su hogar luego de una discusión. “Lo perdí todo. Prendió fuego a un colchón y el fuego se salió de control. Ahora vivimos en un local comunal, pero seguimos con miedo”, expresó entre lágrimas. La víctima teme que el atentado con explosivos esté relacionado con su hermano y sus constantes amenazas de muerte: “No es la primera vez que dice que nos va a matar a todos”.

Mientras la Policía Nacional de Perú continúa con las diligencias, aún no ha sido confirmada oficialmente la identidad del fallecido. No obstante, las autoridades mantienen bajo la lupa a César Alejos, cuya peligrosidad y vínculos familiares con la vivienda atacada lo convierten en sospechoso relevante en el caso.

Vecinos del sector también expresaron su preocupación. Muchos afirman que el estruendo los despertó abruptamente, y varios niños entraron en pánico al ver los vidrios rotos y sentir la onda expansiva. “Pensamos que era una bomba”, relató una vecina cuya casa sufrió daños estructurales.

Más allá del atentado y el fallecido, esta explosión dejó una marca profunda en Villa El Salvador. No solo por el miedo tangible en cada testimonio, sino porque reactivó viejas heridas relacionadas con la inseguridad, las pandillas y la impunidad en casos de violencia familiar.

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