Son ya 40 años de la creación de Pac-Man en Tokio, Japón y hasta la fecha es el video juego por excelencia, el que todos conocen y uno de los más recordados por la humanidad.

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No tiene mucha ciencia pues es un laberinto visto desde arriba en el que una bolita glotona amarilla que el usuario controla escapa de unos pequeños fantasmas de colores que si te alcanzan pierdes, mientras huyes de ellos comes las «pastillitas» que están por todo el laberinto, básicamente eso es Pac-Man.

Pero al ser uno de los primeros grandes éxitos de arcade queda en la historia de la humanidad y particularmente de los video juegos como un histórico, una leyenda que permanecerá en las generaciones.

Al principio su nombre era «Puck-Man» pues el juego de palabras en japonés metía a «puck» (engullir) como referencia de lo que hacía el personaje.

Obviamente se cambió el nombre por la precaución de que le cambiaran en inglés la «p» por la «f», pasando a ser «fuck-man».

La idea de que con las píldoras mágicas del mapa pudiera el personaje voltearse y comerse a los fantasmas bajo el efecto del «cazado cazador» vino como inspiración de la popular caricatura «Popeye» que al comerse su lata de espinacas se volvía más fuerte.