Enseñanza
Si quieres malograr a tu hijo…
Dale todo lo que quiera, satisfaciendo sus caprichos. Lo harás creer que todo se alcanza sin esfuerzo y cuando sea mayor exigirá lo mismo de la sociedad.
Recoge lo que él tira y desordena, permite que destruya a su antojo y repara los daños sin reconvenirlo. Crearás en él la idea de que todo el mundo debe servirlo y que él tiene derecho a exigirlo.
Dale siempre la razón, contra los maestros, los vecinos, los mayores o los compañeros y lo harás soberbio e injusto, convenciéndolo de su inhabilidad.
Aplaude la grosería y la fuerza bruta y creerá razonable aplicar la ley de la selva.
Cuando le falte el respeto a alguien, sonríele. Perderá la consideración a sí mismo.
Apoya su tendencia al engaño y aprovechamiento. Estimularás los malos instintos que llevamos adentro.
Tolera que sea desconsiderado con los humildes o los servidores y perderá la noción de la convivencia y el amor al prójimo.
Foméntale el lujo desmedido y podrá alcanzar algún placer, pero nunca la felicidad.
Deja que maltrate a los animales y destruya las plantas. Se convertirá en un hereje, entonces no podrá gozar del maravilloso espectáculo y ejemplo de la naturaleza.
Disimula la mentira y se convencerá de que puede engañar, pero perderá la confianza en la palabra, en los demás y en sí mismo.
Tolera que no respete la propiedad ajena y le faltará tranquilidad para gozar de la suya.