Hoy sin ti
Erase una vez un joven llamado Ricardo que tenía dos primas, una llamada Jessenia y la otra Carolina. Estos eran de los primos inseparable, aquellos que peleaban y estaban juntos a los dos minutos. Desde muy pequeños estos compartían todos sus secretos y se querían mucho.
Cuando Jessenia tenía siete años, su madre emigró a los Estados Unidos ilegal para darle una mejor vida, ésta se casó con un ciudadano americano, con el objetivo de que éste le hiciera los papeles para ella pudiera estar con su hija.
Jessenia le decía a Carolina y a Ricardo: «Mi madre me hace mucha falta», ellos le decían: «No te preocupes, que nos tienes a nosotros». Jessenia les decía: «Los quiero como si fuesen mis hermanos».
Ellos le contestaban: «Nosotros también te queremos como si fueras nuestra hermana».
El papá de Jessenia estaba planeando un viaje a los Estados Unidos para llevársela con él.
Después de siete años, cuando Jessenia tenía 14 años de edad le llegó el pasaporte para poder viajar, cuando Ricardo y Carolina lo supieron se sintieron muy felices porque Jessenia iba a estar con su madre, pero a la vez muy tristes porque ya ella no volvería a estar con ellos.
Cuando llegó el día de Jessenia para irse, Ricardo y Carolina tenían el corazón destrozado al saber que su prima se iba a ir. Ellos le desearon lo mejor de lo mejor y un feliz viaje.
Desde ese entonces nada volvió a ser igual, faltaba una pieza en el rompecabezas, pero nada, la vida sigue.
Al año siguiente de Jessenia, le llegó el pasaporte a Carolina. Ricardo estaba muy feliz porque su prima iba a viajar, pero no asistió a la despedida de Carolina porque no quería sentirse igual que como se sintió en la despedida de Jessenia.
Cuando Carolina se fue, Ricardo no volvió a ser el mismo, ya faltaba otra pieza.
Ricardo aprendió que mientras tenga una persona a su lado a darle lo mejor de él, porque en cualquier momento puede marcharse, también aprendió que la vida consta tanto de momentos felices como de los tristes.