Sé que estás aquí y eso me hace muy feliz
El amor debe ser fuente de dicha y no de sufrimiento. Sin embargo, se trata de un sentimiento que exige compromisos y promueve la evolución personal a través de ellos. Los mantras de amor son una forma de recordar esos pactos básicos de toda relación.
El primer regalo que se le puede hacer a alguien que amamos es reconocer su existencia y su presencia. Por eso el primero de los mantras de amor nos habla de reconocimiento. Se expresa en dos enunciados. El primero: “Sé que estás aquí”. Implica darle a entender al otro que estamos atentos a su existencia, pero no basta solamente con la atención enfocada al otro, sino que esta debe ir acompañada por un sentimiento de aprobación, de satisfacción. Es una forma de recordarnos y recordarle al otro la importancia de su presencia.
Recuerda este mantra todos los días, al menos dos veces. Una vez para nosotros mismos, sin decirlo. Y otra vez diciéndolo a esa persona especial a quien queremos en nuestra vida, porque nos hace felices.
Además, si estás atento a los sentimientos y las necesidades de otra persona es importante hacérselo saber a través de palabras o actitudes.
Hay muchas maneras de decir “Estoy aquí para ti”. Todo gesto y toda acción que signifique apoyo y respeto, es una forma de expresarlo. Esto implica que conocemos suficientemente al otro como para detectar los momentos en que necesita nuestra presencia.
También implica corresponder a sus gestos y palabras. Valorar lo que nos da. Así mismo, siempre es bueno decirlo con palabras en el momento indicado. Si alguien amado dice “Estoy aquí”, muchas preocupaciones y cargas terminan aliviándose.
Nadie tiene la obligación de hacerse responsable por el sufrimiento de otro, pero sí puede brindarle su escucha, su comprensión y una palabra de aliento. No siempre es fácil comprender las razones que el otro tiene para sufrir, pero con estar ahí y no cuestionarlo, basta.