Los Sueños del deseo
No me interesa lo que haces para ganarte la vida.
Quiero saber lo que ansías,
y si te atreves a soñar en satisfacer el deseo de tu corazón.
No me interesa tu edad.
Quiero saber si te arriesgarías a parecer como un tonto
por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
Quiero saber si puedes sentarte con el dolor,
el mío o el tuyo,
sin intentar esconderlo, desvanecerlo o arreglarlo.
Quiero saber si puedes estar con la alegría,
la mía o la tuya,
si puedes bailar con locura y permitir que el éxtasis
te llene hasta la punta de los dedos,
sin advertirnos que seamos cuidadosos, que seamos
realistas, o que recordemos las limitaciones de los
seres humanos.
No me interesa si la historia que me cuentas es verdadera.
Quiero saber si decepcionas a otros para serte fiel a ti mismo,
si puedes soportar la acusación sin traicionar a tu
propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel, y por lo tanto ser confiable.
Quiero saber si puedes ver la belleza,
aún cuando no sea bella todos los días,
y si puedes originar tu vida desde su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso,
el tuyo o el mío,
y no obstante pararte a la orilla del lago y gritarle
a la luna «¡Sí!»
No me interesa saber en dónde vives o cuánto dinero tienes.
Quiero saber si puedes levantarte después de una noche
de pesar y desesperación,
cansado y golpeado hasta los huesos,
y hacer lo que se tiene que hacer por los niños.
No me interesa quién eres o cómo llegaste a estar aquí.
Quiero saber si te pararás en el centro del fuego
conmigo sin rehuir.