Tenemos todo, tenemos nada
Tenemos edificios más altos, pero templos más pequeños;
autopistas más anchas, pero puntos de vista más estrechos;
gastamos más dinero, y tenemos cada día menos;
compramos más, y disfrutamos menos.
Tenemos casas más grandes, y familias más pequeñas;
cosas más convenientes, pero menos tiempo;
más educación, y menos sentido;
más conocimiento, y menos juicio.
más expertos, y mas problemas;
más medicinas, y menos bienestar;
Tomamos mucho, fumamos mucho;
compramos sin medida, reímos muy poco.
manejamos muy rápido, nos enfurecemos demasiado pronto,
nos acostamos muy tarde, nos levantamos muy cansados,
casi no leemos, vemos demasiada televisión.
y casi nunca rezamos
Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero
reducido nuestros valores,
hablamos demasiado, amamos muy poco y mentimos casi todo el tiempo,
hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a disfrutarla,
le hemos sumado años a la vida y no vida a los años.
Hemos ido y vuelto a la luna, pero no podemos cruzar la calle para
conocer un vecino.
Hemos conquistado el espacio exterior pero no el interior;
hacemos cosas más grandes, pero no mejores;
hemos limpiado el aire pero no el alma;
hemos dividido el átomo, pero no a nuestros prejuicios;
escribimos mucho, pero aprendemos poco;
planeamos todo, pero no conseguimos casi nada,
tenemos ganancias más altas, pero moral más baja;
más alimento y menos paz,
tenemos más cantidad y menos calidad,
profundas ganancias y relaciones superficiales
más el tiempo libre, y menos diversión.
Ahora tenemos ingresos conjuntos y más divorcios,
casas más bellas pero más hogares rotos.
Esta es la época de viajes rápidos
pañales desechables, moralidad en decadencia,
pasiones de una noche,
cuerpos con sobrepeso,
pastillas que hacen todo, desde alegrarte, hasta calmarte y matarte.
Esta es la época donde tenemos todo en la exhibición y nada en el inventario.
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