Una razón para seguir
Junto al reloj noto como el tiempo avanza, se va en un suspiro, en un pensamiento y se interna en lo más profundo de nuestro corazón. Acompañado de aquellos recuerdos no gratos, esos que lastiman, hieren y hacen que pesemos en lo difícil que es avanzar cuando no existe motivo para continuar.
Irónicamente para alivianar la carga de esos malos momentos, acudimos a los instantes divinos esos que de alguna u otra manera son inolvidables, que nos hicieron sentir una felicidad momentanea que no perdura más allá de unos segundos, y no logra llenar ese vacío del alma y menos el del corazón.
Realmente el tiempo no se detiene y eso me enseña a que todo lo que pasó quedó atrás.
Olvidar no es sencillo especialmente cuando nuestra voluntad no está dispuesta, pero si podemos aprender a vivir sin esos recuerdos que nos hieren, tomando de ellos las buenas experiencias y desechando aquello que lastima.
Lo principal, es aprender a creer en uno mismo, decidir el día para comenzar a ser la persona que quiero ser, es solo mi decisión. El mundo es un mejor lugar por la razón de que existen personas especiales que forman parte de él, llevándonos a la alegría, pues es un sentimiento espontáneo, que se da cuando realmente has encontrado lo que te faltaba, ese vacío que nada pudo llenar en el pasado, ahora solo forma parte de un vago recuerdo, porque encontré el tesoro más grande, EL AMOR, quizás en la búsqueda de razones para seguir adelante, hallé lo más importante en mi vida; el tiempo me dio la FELICIDAD y junto a ella un regalo más…
CONOCER A LA PERSONA MÁS MARAVILLOSA DEL MUNDO!
Que con sus palabras tan llenas de ternura y amor, me devolvió los sueños y en especial: MI CORAZÓN.
Es por eso que comprendo que Dios ha dejado al tiempo como el más sabio maestro, puesto que aprendemos a valorar cada enseñanza, guardándola en lo más profundo del corazón. Dejando al tiempo y al pasado atrás, viviendo al máximo el presente, para esperar un futuro esplendoroso, lleno de amor y felicidad junto a la persona amada.