Existen prácticas sexuales controvertidas que generan opiniones divididas entre las personas, y una de ellas es el llamado “beso arcoíris”. Esta práctica involucra el sexo oral en momentos íntimos, en los cuales se combinan diversos factores que generan tanto curiosidad como preocupación. Uno de los ejemplos más conocidos de estas prácticas es el beso negro, que consiste en realizar sexo oral en la zona anal, e incluye movimientos rápidos de la lengua, lamidos y toques delicados. Otro es el beso blanco, que se refiere a la eyaculación en la boca de la pareja, seguida de un beso inmediato. Sin embargo, el beso arcoíris es el que ha causado mayor controversia en el ámbito sexual, ¿pero qué implica realmente?

El beso arcoíris se refiere a la práctica en la que una persona realiza sexo oral a una mujer durante su período menstrual, mientras que la mujer le da sexo oral al hombre, posiblemente en una posición 69. Después de que el hombre eyacula en la boca de la mujer, ambos se besan, lo que resulta en una mezcla de sangre menstrual y semen. Este proceso crea una imagen visual que algunos describen como un “arcoíris” dentro de las bocas de los involucrados, debido a la mezcla de los fluidos.

La doctora Laura Salazar ofrece una perspectiva interesante sobre el tema, señalando que la percepción del asco hacia la menstruación ha sido socialmente inculcada. Desde pequeñas, muchas personas aprenden que la menstruación es algo sucio o impuro, especialmente a través de enseñanzas religiosas y culturales. Sin embargo, la doctora enfatiza que la menstruación en sí misma no es sucia ni peligrosa, y que las ideas de impureza e infertilidad asociadas a este proceso son parte de un estigma social. De hecho, la menstruación puede ser un lubricante natural muy efectivo y tiene propiedades relajantes, lo que incluso puede aliviar cólicos menstruales.

A pesar de los beneficios naturales que podría ofrecer la menstruación durante el acto sexual, es fundamental tener en cuenta algunos cuidados al practicar el beso arcoíris. La razón principal es que tanto la sangre menstrual como el semen pueden contener patógenos infecciosos que, si no se manejan adecuadamente, podrían transmitir enfermedades de transmisión sexual (ETS) como VIH, hepatitis, gonorrea, herpes, sífilis y clamidia.

Por esta razón, es recomendable que ambos miembros de la pareja se realicen un examen médico para asegurarse de que no tienen ninguna infección de transmisión sexual antes de participar en este tipo de prácticas. Además, el uso de protección, como los condones, puede reducir significativamente el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual, protegiendo así la salud de ambos.

Es importante también recordar que, aunque el beso arcoíris no está exento de riesgos, muchas personas continúan explorando su sexualidad de diversas formas, y cada pareja decide qué prácticas les resultan satisfactorias. No obstante, lo esencial es siempre priorizar la salud y el bienestar de los involucrados, y ser conscientes de los riesgos asociados con cada tipo de práctica sexual. La comunicación abierta y el respeto mutuo son claves para mantener una vida sexual saludable y segura.