Quizás te has preguntado en varias ocasiones, especialmente en invierno, el ¿por qué te duelen las rodillas con el frío? Hay muchos mitos y creencias alrededor de la relación frío-dolor y ¡no lo vas a creer!
Lo primero que hay que aclarar es que los huesos no duelen, a menos que exista una fractura.
Lo que produce dolor son los tejidos que rodean a los huesos en las articulaciones (músculos, bursa, tendones etc.). Es erróneo pensar que los huesos “avisan” del mal clima o que duelen, aunque sí puedes experimentar molestias durante épocas de frío.
De acuerdo con lo anterior, existe la creencia de que el frío provoca dolor en las articulaciones, especialmente en las rodillas. Esto es parcialmente cierto, pero no por completo. El frío en sí no es malo para las articulaciones, no causa dolor directamente, de hecho se utiliza para reducir la inflamación (crioterapia).
Sin embargo, el frío sí puede incrementar algunos síntomas que ya están presentes. Por ejemplo, en un caso de artritis reumatoide o artrosis (desgaste de cartílago), el frío puede ocasionar que los vasos sanguíneos se contraigan, disminuyendo la cantidad de sangre que llega a la articulación, con lo que aumenta la resequedad de sus componentes. Esto puede provocar rigidez, debido a la contracción de los músculos.
Otra influencia del frío es sobre nuestro comportamiento. Cuando hace frío hacemos menos cosas, caminamos menos, salimos menos, reposamos más. Esto puede ocasionar que los músculos y tendones de la rodilla se entuman o pierdan elasticidad, lo que puede causar dolor por periodos cortos. En una rodilla sana, el frío no debería tener ningún efecto negativo a largo plazo.
Es importante que te mantengas activo (a) en épocas de frío. Camina, estira, corre, de ser posible con la misma o mayor intensidad que en otras épocas. También puedes limitar el uso de short o falda para limitar la exposición de tus rodillas al frío.
No entienden de edad ni de sexo, y la mayoría de la población acaba sufriendo por su causa en algún momento de su vida. “El dolor de rodilla es el problema de las sociedades desarrolladas”.
Estas son las razones habituales del dolor de rodilla que no propiamente tienen que ver también con el frío.
- Práctica de deporte con demasiada intensidad, sobre todo fútbol y esquí. El sobreuso (giros bruscos, paradas…) puede conllevar a generar lesiones en la articulación. En deportes como el esquí o el fútbol, los meniscos y ligamentos soportan una mayor presión y el riesgo de sufrir una lesión aumenta, por lo que conviene adoptar una serie de precauciones.
- Sobrepeso: «Las rodillas sostienen nuestro cuerpo y un exceso de kilos perjudica su ’supervivencia’ y acaba generando molestias”.
- Elección errónea del calzado. La forma en la que los pies impactan sobre el suelo cuando hacemos ejercicio puede tener también repercusiones en la articulación.
- La realización de gestos cotidianos. Adolescentes deportistas y adultos jóvenes, especialmente mujeres, son los que más suelen referir molestias en las rodillas al levantarse de la silla tras horas de parón o al bajar escaleras y pendientes. La razón fundamental se llama “condromalacia rotuliana”, y está causada por un daño en el cartílago que recubre la parte posterior de la rótula de la rodilla. Si la razón es postural, la fisioterapia ayuda.
- Artrosis y vejez. Esta enfermedad es común en las personas de mediana edad. Puede afectar a 1 de cada 5 personas mayores de 60 años, llegando a invalidar al 10% de la población que la padece, sobre todo cuando afecta a la cadera, la rodilla o la columna.
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