Como ya sabrás para que la mujer alcance el orgasmo necesita tiempo y concentración. La lubricación aumenta conforme ustedes estimulen de forma correcta sus zonas erógenas y ambienten el lugar para el sexo con buenos instrumentos.
La lengua en la oreja
Esa parece ser una tendencia en casi todos los hombres y créanos las mujeres no lo disfrutan. La lengua en lo profundo de la oreja más que ser placentero provoca una sensación de intrusión.
No es cómodo si ellas están a poco de lograr alcanzar el tan anhelado clímax. Lo invitamos a probarlo, la sensación de intrusión no cambia de mujeres a hombres. Adicional como queda mojado, la sensación de frío se incorpora en casi todo tu cuerpo y se hace necesario dejar a un lado el goce de la relación sexual para limpiar la oreja.
Pero esperen esto no pasa con la parte externa de la oreja. Bordear su extremo con la lengua si es algo placentero para algunas personas. No intente sumergirla: ¡Por favor!
Cambiar el movimiento cuando ella dice: “Voy a llegar”
Si ella expresa que va a llegar es porque lo que está haciendo la está llevando al clímax. Pasa con frecuencia que ellas advierten el orgasmo y el hombre se emociona. Si la mujer está en cuatro y comunica que va a terminar, el hombre por lo general duplica la fuerza de su penetración y aumenta la rapidez. ¡No, caballero, no haga eso!
Ese cambio brusco la aleja del orgasmo. Solo cambie la fuerza y rapidez de la penetración o sus movimientos cuando ella lo pida puntualmente con frases como: “Más duro, mi vida” o “Dame más rápido”.
Lo que dicen
No a todas las mujeres les gusta lo mismo. Algunas disfrutan más cuando las tratan como “putas” durante el sexo. Otras disfrutan que las traten de forma muy tierna, disfrutan más si les dicen “hermosa”, “princesa”, “cielo”, “amor”. Mientras hay otras mujeres que aman el silencio en el sexo y cualquier palabra pronunciada las desconcentra e imposibilita que alcancen el orgasmo. Lo mejor es conversar del tema.
No detenga el encuentro sexual
No hay nada que desconcentre más a una mujer que el hecho de que usted detenga el encuentro sexual. Si usted quiere cambiar de posición, guíe el cuerpo de ella hasta alcanzar la nueva pose, no se detenga para preguntar: “¿Y ahora qué quieres?”.
Tampoco detenga el acto sexual si usted eyacula antes que ella, siga masturbándola hasta que ella lo alcance. Incluya juguetes o practíquele sexo oral. En el mejor de los casos usted termina manteniendo la erección o recuperándola pronto, ella no puede quedar insatisfecha.