La ecosexualidad es un término que ha existido desde hace muchos años, cuando la sociedad comenzó a preocuparse realmente por el planeta Tierra y busco hacerle el amor a la naturaleza.

Literal, los ecosexuales mantienen relaciones con la naturaleza, la tratan como un amante, al llenarla de besos, caricias, cuidados y todo lo que necesiten para sentirse querida y feliz.

La término ecosexual fue definido por primera vez por Annie Sprinkle en su manifiesto Ecosexual. Lo explica como una «clase de identidad de amantes sexuales del planeta«.

No importa si se es hetero, gay, bi o la orientación sexual que sea, se puede simpatizar con la ecosexualidad también, ya que no hay una actividad claramente genital.

Este movimiento busca el cuidado del medio ambiente, observarlo y admirarlo. Es el ir a un parque y cautivarte por los sonidos silvestres, color del entorno y ayudar a que sea un lugar óptimo para la vida.

En su página web hablan de «un encuentro entre el arte, la teoría, la práctica y el activismo».

«Abrazamos los árboles sin pudor, masajeamos la tierra con los pies y hablamos eróticamente a las plantas. Nadamos desnudos, somos adoradores del sol y observadores de las estrellas», dicen.

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