Un hombre en silla de ruedas se traslada todos los días hasta el Hospital General 450, en la ciudad de Durango, y con una cartulina busca darle ánimo a su esposa, quien permanece internada a causa del COVID-19. Las imágenes ya circulan en redes sociales y han conmovido a mucha gente.

Por varias horas durante la mañana y a veces por la noche se le puede ver al hombre por los accesos del centro hospitalario, cuyas instalaciones concentran el mayor número de pacientes intubados en el estado.

«Te estamos esperando», se puede leer en la cartulina que él levanta con el propósito de que su mujer la vea, pero también es para quienes enfrentan la misma enfermedad desde lo alto del hospital. Esas personas contagiadas que hoy aprecian lo que hay después del vidrio.

Hay quienes no saben de sus familiares o amigos, hasta que fallecen o se recuperan. No es fácil cuando se trata de un mal que ya saturó los hospitales y colapsó al sistema médico.

Así como este caso, hay muchas historias que se cuentan en los pasillos de cualquier nosocomio con enfermos de COVID-19. Familias duermen en las banquetas, otros no han comido en días, pero la fe los mantiene firmes y esperan el momento en que su ser querido salga victorioso por esa puerta.