Un documental de National Geographic y una nueva expedición al Everest llevaron al descubrimiento de los restos de Andrew Comyn Sandy Irvine, un joven alpinista que desapareció hace un siglo durante uno de los primeros intentos de alcanzar la cumbre de la montaña. Irvine, junto a George Mallory, emprendió esta travesía, pero nunca regresaron. Durante la grabación del documental, el equipo de producción se encontraba en las alturas de la montaña recopilando datos y material para la película, cuando encontraron varios objetos que despertaron un interés que iba más allá del simple documental. Uno de estos hallazgos fue un pie que sobresalía de la nieve, calzado con una bota y con sus calcetas.

La sorpresa fue palpable entre los presentes, quienes compartieron las fotografías del hallazgo. En una de las calcetas se pudo observar el nombre de Irvine grabado, lo que sugirió que, por el estado de los objetos, se trataba del alpinista que desapareció tras intentar colocar una bandera en la cima del Everest. Tras el descubrimiento, el equipo informó a las autoridades del Alpine Club sobre lo sucedido, marcando un momento significativo en la historia del montañismo.

El equipo de producción, que incluía a un fotógrafo y un director ganador de un Oscar, junto a experimentados escaladores, se encontró con los restos de un pie cubierto con un calcetín y una bota, situados en el glaciar Central Rongbuk, en la cara norte del Everest. Al darse cuenta de que podría pertenecer a un desaparecido desde hacía un siglo, alertaron a la Asociación de Montañismo del Tíbet Chino, que es responsable de los permisos de escalada en la región.

La Asociación de Montañismo, a su vez, contactó a la Royal Geographical Society, que había organizado la expedición junto con el Alpine Club. También informaron a Julie Summers, la sobrina nieta de Irvine, quien se ha convertido en su biógrafa debido a la tragedia familiar. Ahora, los familiares de Irvine están trabajando para comparar muestras de ADN y confirmar que los restos encontrados pertenecen efectivamente al joven alpinista.

Summers compartió su emoción sobre el descubrimiento, diciendo que cualquier expedición al Everest siempre busca la historia de Irvine y Mallory. “Este ha sido un momento monumental y emotivo para nuestro equipo en el terreno, y esperamos que esto pueda brindar tranquilidad a sus familiares y al mundo del alpinismo”, expresó su sobrina. Este hallazgo cobra especial relevancia al coincidir con el centenario de la desaparición de Sandy Irvine, lo que agrega una capa de significado a la historia.

Finalmente, la familia de Irvine emitió un comunicado sobre el descubrimiento, expresando su profunda conmoción. Agradecieron al equipo de alpinismo y producción, liderado por Jimmy Chin, por su respeto y profesionalismo en el manejo del hallazgo. Recordaron que Sandy Irvine fue el miembro más joven de la expedición al Everest de 1924 y que desapareció junto a George Mallory el 8 de junio de ese año en la parte superior de la montaña.