Este fenómeno en el Sol demuestra su influencia sobre la Tierra
14/11/2024 - Hace 2 horas en InternacionalEste fenómeno en el Sol demuestra su influencia sobre la Tierra
En un artículo reciente publicado en *The Conversation*, Martin Connors, profesor en la Universidad de Athabasca (Canadá), detalla cómo surgió la comprensión moderna de la «relación solar-terrestre». Este concepto describe cómo el Sol y la Tierra interactúan y cómo dicha interacción afecta a la vida en la Tierra, particularmente a través de fenómenos como las auroras y las tormentas magnéticas.
El Sol, que se encuentra en el centro de nuestro sistema solar, es crucial para mantener la estabilidad de nuestro sistema planetario. Su gravedad mantiene a todos los cuerpos celestes, desde los planetas hasta las pequeñas partículas, en órbita. Pero además de su fuerza gravitacional, el Sol tiene una influencia directa sobre la Tierra, y esa interacción está detrás de muchos fenómenos naturales que experimentamos, como las auroras boreales y las tormentas geomagnéticas.
El origen de la «relación solar-terrestre» comenzó a vislumbrarse en 1859, cuando el astrónomo aficionado Richard Carrington presenció una llamarada solar. Esta explosión deslumbró el cielo durante dos minutos, seguida de una tormenta magnética que afectó a la Tierra. Además de las auroras que brillaron en los polos, la tormenta impactó también los sistemas tecnológicos de la época, lo que despertó el interés de los científicos sobre el vínculo entre estos eventos solares y la Tierra.
En ese momento, sin embargo, no se comprendía que existía una conexión directa entre el Sol y la Tierra. El evento de Carrington se consideró inicialmente una coincidencia, una relación no entendida. Fue solo más tarde que la ciencia comenzó a reconocer la interacción de estos fenómenos como algo más que simples casualidades.
Un avance clave en la comprensión de este fenómeno ocurrió en 1909, cuando el astrofísico George Ellery Hale descubrió los poderosos campos magnéticos que existían en el Sol. Estos campos magnéticos, hasta mil veces más fuertes que los de la Tierra, se concentraban en las manchas solares, regiones más oscuras de la superficie del Sol. Hale identificó que este magnetismo estaba directamente relacionado con las tormentas solares y las auroras terrestres.
La información que mostró que las auroras siguen un ciclo similar al del Sol, de aproximadamente 11 años, respaldó la idea de que el magnetismo solar juega un papel crucial en las interacciones entre ambos cuerpos. Las manchas solares, que son frías en comparación con el resto de la fotosfera solar, pueden liberar grandes cantidades de energía magnética en forma de eyecciones de masa coronal, enormes nubes de gas expulsadas al espacio.
Cuando estas eyecciones son dirigidas hacia la Tierra, pueden causar tormentas geomagnéticas, que a su vez provocan las auroras al impactar con la atmósfera terrestre. Connors señala que, dado el gran número de manchas solares que actualmente existen, hay una alta probabilidad de que experimentemos grandes tormentas magnéticas en los próximos años, como la que ocurrió el mayo pasado, lo que continuará demostrando la influencia del Sol sobre nuestro planeta.
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