Una escena de violencia se desató a las puertas de una escuela primaria cuando varias madres agredieron físicamente a una maestra de inglés de sexto grado. El motivo del ataque fue una supuesta agresión de la docente hacia uno de sus alumnos durante las clases. Las madres, furiosas, comenzaron a golpear y patear a la profesora mientras la confrontaban por el presunto maltrato.

Las autoridades informaron que las madres también arremetieron verbalmente contra la directora de la escuela. Como respuesta a los hechos, el Sindicato Docente Independiente decidió declarar un paro de 24 horas en todas las instituciones del municipio de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires, Argentina, en solidaridad con las trabajadoras agredidas y en protesta por la falta de seguridad en el ámbito escolar.

En un video grabado por una testigo, se observa cómo la maestra es atacada por las madres. Incluso una de las agresoras sostenía a un bebé en sus brazos mientras golpeaba a la docente. Además de la agresión física, las madres rompieron el celular de la profesora, identificada como Romina, de 32 años, quien no pudo defenderse ante el violento ataque.

Durante la golpiza, se escuchaba a una de las mujeres gritar insultos y advertencias, exigiendo que «los niños no se tocan», mientras la docente era acorralada, derribada al suelo y agredida repetidamente. Las agresoras la acusaban de maltratar a los alumnos, mientras la increpaban sobre el trato hacia los menores. La situación generó indignación entre los testigos.

El informe policial también señala que la directora del colegio, Analía, de 44 años, fue agredida por las madres. Aparentemente, ella conocía las denuncias de maltrato hacia los alumnos, según las declaraciones de las madres, pero no había tomado medidas para remediar la situación, lo que provocó mayor frustración entre los familiares.

Una de las madres involucradas comentó a la prensa que su hija había mostrado signos de frustración desde que la maestra suplente había comenzado a dar clases. Aseguró que su hija llegó a decir que no quería asistir a clases porque la maestra les decía que «no llegarían a ser nada en la vida». Estas declaraciones intensificaron la polémica y la exigencia de justicia por parte de los padres.

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