El término «novio colágeno» ha ganado popularidad, sobre todo en redes sociales, como una forma divertida de describir las relaciones en las que una mujer mayor tiene como pareja a un hombre más joven. Este concepto ha trascendido su uso físico y se ha convertido en una metáfora para una dinámica fresca y energizante que puede aportar vitalidad a la persona mayor de la relación.

La palabra «colágeno» se asocia con la proteína que da firmeza y elasticidad a la piel, lo que se utiliza para hacer una analogía con las parejas jóvenes. En este contexto, se ve a la juventud de un hombre como una inyección de energía, frescura y entusiasmo que puede rejuvenecer emocionalmente a la persona mayor en la relación. Sin embargo, esta expresión no se limita a la apariencia física, sino que también destaca el dinamismo y la vitalidad emocional que estos vínculos pueden generar.

Quienes usan el término «novio colágeno» lo hacen en tono humorístico y de confianza, celebrando la libertad de explorar relaciones que rompen con los convencionalismos sociales. Es una manera de mostrar que no existe una edad establecida para el amor o las relaciones, y que las diferencias generacionales pueden ser vistas como una fuente de enriquecimiento mutuo, más que como un obstáculo.

A pesar de la connotación ligera y cómica del término, algunos critican que puede reducir las relaciones a un estereotipo superficial, ignorando aspectos fundamentales como el respeto, la conexión emocional y la compatibilidad. Esto hace que el concepto de «novio colágeno» no solo sea un símbolo de energía, sino también un recordatorio de que las relaciones no deben verse únicamente desde un ángulo físico.

En lugares como Nuevo León, se ha comenzado a normalizar las relaciones intergeneracionales, creando espacios donde las parejas con diferencias de edad pueden compartir sus experiencias sin enfrentarse a juicios. Plataformas como Instagram y TikTok han sido clave en la visibilidad de estas relaciones, permitiendo que se presenten de manera abierta y natural, lo que refleja un cambio cultural significativo en la forma en que las personas eligen a sus parejas.

Este fenómeno también pone de manifiesto una mayor aceptación de la diversidad en las relaciones de pareja. Más personas se sienten libres de escoger a su compañero o compañera sin preocuparse por las expectativas sociales tradicionales relacionadas con la edad. En este contexto, la comunicación y los intereses comunes adquieren más importancia que la diferencia de años entre los integrantes, lo que resalta un enfoque más moderno y flexible sobre el amor y las relaciones.