En 1997, la tranquila comunidad de Garnet Lake, Michigan, quedó marcada por el hallazgo de los restos de una recién nacida en una letrina de un campamento. El caso, bautizado como ‘Baby Garnet’, permaneció sin resolver durante décadas, dejando numerosas preguntas en el aire.

Todo cambió en 2022, cuando Jenna, una joven curiosa por su historia familiar, decidió adquirir un kit de Ancestry DNA. Lo que comenzó como un interés personal resultó ser la clave para resolver el misterio. Su información genética permitió a las autoridades conectar los restos del bebé con su familia, identificando a Nancy Ann Gerwatoski, su abuela, como la madre biológica de la recién nacida.

El caso había sido archivado por años, pero en 2017, un detective estatal reabrió la investigación utilizando genealogía genética avanzada. Este método, que combina ADN con registros familiares, ha sido crucial en la resolución de casos complejos. Gracias a esta herramienta, el misterio de ‘Baby Garnet’ pudo esclarecerse tras más de dos décadas.

En un video viral de TikTok, Jenna compartió cómo la policía estatal de Michigan la contactó, revelándole que su abuela era la persona buscada desde 1997. Este inesperado giro no solo resolvió el caso, sino que destacó el impacto de la tecnología en la justicia.

Nancy Ann Gerwatoski fue arrestada en 2022 y enfrenta cargos por asesinato y encubrimiento. Su juicio, programado para diciembre, promete explorar tanto las circunstancias del crimen como las implicaciones éticas del uso de la genealogía genética.

El caso de ‘Baby Garnet’ resalta el poder de la ciencia forense para ofrecer justicia, pero también abre un debate sobre la privacidad genética y los límites éticos de estas tecnologías.