Posterior a la pandemia del COVID-19, la ansiedad y el estrés escolar han alcanzado niveles alarmantes entre la población infantil y juvenil en México. De acuerdo con datos de Save the Children y Unicef, el 70% de los niños y adolescentes mexicanos atraviesan por estas dificultades, con más de 6 millones afectados por el estrés escolar desde 2022. Ante esta realidad, es crucial que padres, profesores y profesionales de la salud implementen estrategias para minimizar los traumas y manejar las emociones de manera positiva.
La doctora Grecia Emilia Ortiz Coronel, Directora del Instituto de Psicología y Educación Especial de la Universidad de Guadalajara (UdeG), subraya la importancia de la validación emocional y la escucha activa para mejorar la salud emocional de niños y adolescentes. “Actualmente hablamos de una prevalencia mayor de ansiedad infantil, por lo que nos vamos a encontrar con niños, niñas y adolescentes que presentan síntomas principalmente conectados con la vida académica, que se pueden incrementar en dos periodos: a inicio de curso, o al final de éste. Y la mejor forma de ayudarlos a lidiar con esto es validar las emociones y buscar formas de sobrellevar su preocupación sin hacerlos sentir que su preocupación no es real”, declaró.
La pandemia intensificó las discusiones sobre salud emocional, pero a menudo sin proporcionar herramientas para manejar las emociones de manera efectiva. Los niños, enfrentados a lo desconocido, pueden experimentar miedo e inestabilidad que afectan sus pensamientos. Es responsabilidad de los adultos identificar estos cambios en la conducta y actuar de manera oportuna.
La doctora Ortiz Coronel enfatiza que identificar los detonantes de ansiedad es crucial para gestionar las emociones de los menores. Es esencial validar sus sentimientos y ofrecer estrategias como actividades extracurriculares, técnicas de relajación como la respiración controlada o el yoga, y fomentar una relación de confianza y apertura.
En cuanto al estrés educativo, Ortiz Coronel recomienda involucrar a los niños en actividades deportivas o extracurriculares que desarrollen su creatividad y capacidad para resolver problemas. Además, sugiere crear espacios familiares para juegos de mesa, cocinar juntos y permitir momentos de aburrimiento que estimulen la imaginación y resiliencia. Todo esto debe ocurrir en un ambiente libre de violencia, con escucha, comprensión y validación emocional.
“La autoeficacia la inculcamos o la aprenden los niños, y cuando es positiva les motiva para desempeñarse aprendiendo; sin embargo, una mala gestión genera que ellos mismos se comparen o sientan frustración al no aprender al mismo ritmo que los demás”, explicó la especialista.
Para mejorar el desempeño escolar, Ortiz Coronel aconseja ofrecer actividades lúdicas y oportunidades para que los niños se relajen y se diviertan al mismo nivel que sus compañeros. También destaca la importancia de una crianza positiva y la validación de emociones para mejorar la salud psicológica de los menores.
Finalmente, la doctora Ortiz Coronel resalta que es fundamental permitir que los niños crezcan sin imponerles preocupaciones fuera de su control. En casos de elevado estrés, frustración o ansiedad que puedan llevar a una crisis, es vital buscar ayuda de especialistas en psicología infantil o infantojuvenil para proporcionar herramientas resolutivas tanto a los menores como a sus familias, facilitando así una mejor gestión de las emociones y situaciones adversas