En la Cátedra Julio Cortázar, el investigador nacional Emérito, Guillermo Orozco Gómez habló sobre la abundancia de medios de información y una menor comunicación
La afirmación general de que estamos más comunicados que nunca es una paradoja, “más, pero a la vez menos comunicación”, porque la abundancia de medios, canales, sistemas y tecnologías no implica el necesario intercambio de mensajes entre emisores y receptores para una buena comunicación.
Así lo planteó el Investigador nacional emérito y profesor del Departamento de Estudios de la Comunicación Social doctor Guillermo Orozco Gómez, en la conferencia “La brecha creciente entre información y comunicación, consecuencias para el diálogo contemporáneo en distintos niveles”, en el marco de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar que organiza la Universidad de Guadalajara.
“Lo que destaco y considero como una paradoja actual es la comunicación que consiste en entender y proclamar que estamos hoy más comunicados que nunca debido a que estamos más interconectados a medios, canales, sistemas y tecnologías para producir, recibir, emitir, e intercambiar información a través de cada vez más y mejores dispositivos y pantallas”, declaró en la Biblioteca Iberoamericana Octavio Paz.
La comunicación es la emisión de mensajes para un público o audiencia, quienes asimilan dicha información. “Pero lo que supone es que hay un entendimiento, sin que se haga explícito, de que la comunicación es la emisión y recepción de informaciones, datos, imágenes y sonidos, esencialmente a partir de lo que se busca, una asimilación por parte de los receptores o público a los que va dirigida”.
Aunque la intención del circuito de comunicación es clara, un emisor y un receptor, el intercambio no es necesario. “En esta comprensión de la comunicación, el énfasis se pone en que haya una recepción por parte de un grupo o audiencia, pero no necesariamente un intercambio con el mensaje o los receptores de ese mensaje”, aclaró.
La paradoja en la actualidad es que hay más comunicación cifrada en mensajes lanzados a la audiencia, pero menos retroalimentación de los receptores sobre dichos mensajes.
“Hacer conciencia de esta paradoja ‘más, pero a la vez menos comunicación’, no sólo es importante, sino imprescindible para todos nosotros y, en especial, para la educación de los jóvenes, que acarician como objetivos principales la capacitación tecnológica e informacional para producir conocimientos de calidad para su profesión y la sociedad”, explicó Orozco Gómez.