La lucha libre muestra normalmente personajes como héroes y villanos. Pero hay un grupo de gladiadores que sobresalen: los gladiadores exóticos.
Los gladiadores exóticos resaltan por su elegancia y talento. A pesar de representar al colectivo LGBT+ en un deporte que se ha determinado como machista.
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Estos gladiadores han batallado mucho más para llegar a donde están, puesto que se han enfrentado a discriminación del público y de los mismos promotores. Incluso han llegado a ser catalogados como personajes cómicos y sin talento.
Sin embargo, son una reacción contra las normas tradicionales. Así como también, contra la idea de que un homosexual no puede defenderse a sí mismo.
El primer luchador exótico
En 1940 se registró el primer luchador exótico con Dizzy Gardenia Davis. Quien previo a cada una de sus peleas, salía con un ramo de gardenias y su mayordomo, quien se encargaba de arreglarlo y perfumarlo para la pelea.
A pesar, de que hubo muchos luchadores bajo este singular estilo, no fue sino hasta los años 80 y en las décadas siguientes, cuando se consolidó ese espacio para que los gladiadores expresaran sin tabúes su diversidad sexual en el ring.