En medio del torbellino mediático que gira en torno a la familia Figueroa-Guardia, Imelda Tuñón se ha pronunciado públicamente para desmentir categóricamente las acusaciones hechas por Maribel Guardia, quien recientemente confesó sentir que su vida corre peligro tras recibir amenazas que, asegura, podrían atentar contra su integridad.

Durante un breve encuentro con la prensa en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, Maribel Guardia fue cuestionada sobre las declaraciones de Imelda, quien en días anteriores la había señalado de presuntamente falsificar el testamento de Julián Figueroa, hijo de la actriz y padre del hijo de Tuñón.

Sin embargo, Maribel desvió el foco de atención hacia algo que calificó como aún más grave: el temor por su vida. Reveló que ha recibido mensajes amenazantes y que, de sucederle algo, responsabiliza directamente a personas cercanas a Imelda.

La actriz afirmó sentirse tensa y vulnerable, llegando incluso a temer que se le pudiera plantar algo en su equipaje.

Imelda rompe el silencio

Ante la escalada de la situación, Imelda Tuñón decidió romper el silencio y ofreció una breve entrevista en la que se deslindó completamente de las acusaciones. Visiblemente afectada, negó tener cualquier tipo de relación con las amenazas y condenó los actos de violencia.

“De mi parte jamás saldría una amenaza, ni en palabras ni en acciones. Es muy doloroso que me señalen de algo tan grave sin pruebas”, declaró Imelda con firmeza.

Además, en un gesto inesperado, Imelda ofreció una disculpa pública a su ex suegra, reconociendo que el momento que atraviesa debe ser muy difícil, especialmente tras la pérdida de Julián Figueroa. Le deseó bienestar y reafirmó que sus intenciones no son conflictivas.

Un conflicto familiar bajo la lupa pública

El distanciamiento entre Maribel Guardia e Imelda Tuñón no es nuevo, pero este episodio marca un nuevo punto de tensión en una relación ya fracturada. Las acusaciones cruzadas, las dudas sobre la herencia de Julián y ahora las presuntas amenazas, mantienen el foco mediático sobre ambas figuras, que parecen estar atrapadas entre el dolor personal y el juicio público.