«Los migrantes no somos criminales, somos trabajadores internacionales«, así fue como alrededor de 2 mil 500 personas migrantes de Centro y Sudamérica, que pertenecen a la caravana denominada «Éxodo por la pobreza», llegaron a Oaxaca.
Atravesando el intenso sol, hombres, mujeres, menores de edad y adolescentes no acompañados caminaron desde Chiapas hasta el municipio de Chahuites, en su camino hacia la frontera norte.
Con el propósito de tener un futuro mejor, los integrantes de la caravana partieron de Chiapas el pasado 23 de diciembre, buscando llegar a la frontera norte. Portando una manta de gran tamaño con el nombre y la causa de su lucha, demostraron su determinación al abandonar sus hogares y cualquier tipo de comodidades en busca de oportunidades laborales que les permitan salir de la pobreza.
Aunque la mayoría de los miembros de esta caravana son jóvenes y adultos de entre 18 y 40 años, también se pueden observar carriolas transportando a niños pequeños. Antony, originario de Nicaragua, expresó: «Estamos aquí enfrentando adversidades, pero estamos aquí. Salimos de nuestras casas y dejamos todo, porque en nuestro país ya no podemos seguir. Somos profesionales, personas preparadas, pero ya no hay oportunidades para nosotros«.
Ruth, una mujer de 28 años de edad que viaja con tres menores, narra que el viaje ha sido agotador. Pero que vale la pena por el sueño de brindarles una vida mejor a sus hijos.
A pesar de las dificultades, la caravana «Éxodo por la pobreza» continúa su camino. Ruth, oriunda de El Salvador, mencionó que han encontrado rechazo por parte de algunas personas y autoridades. Por lo que pidió comprensión y humanidad hacia su situación.
En su estancia en Oaxaca, la caravana pernoctará en Tapanatepec. Tras ello intentará avanzar en las primeras horas del martes hacia otros municipios de la zona oriente del Istmo de Tehuantepec. Aunque el Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional vigilan su paso, no han detenido su avance hasta el momento.
La caravana migrante sigue avanzando, enfrentando múltiples desafíos a lo largo del camino. Su meta es clara: encontrar mejores condiciones de vida y oportunidades laborales que no pudieron obtener en sus países de origen.
