El gobierno de México busca aprovechar la tendencia de nearshoring y el impulso de Estados Unidos a la fabricación local de chips para atraer al país a empresas del sector.
En la más reciente reunión de funcionarios de los dos países en el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), realizada ayer y el día anterior en Washington, D.C., la secretaria de Economía, Raquel Buenrostro Sánchez, destacó las ventajas de México para incluirse en la manufactura de chips o semiconductores.
Sin minimizar la importancia y los riesgos que tiene por las diferencias en los temas de energía, maíz transgénico y laborales, está enfocado en una de esas escasas “oportunidades de oro” que históricamente se presentan.
México podría afianzar su alianza con EU. Estaría en la posibilidad de profundizar su relación comercial y de manufactura en el contexto de la guerra comercial de EU con China, la relocalización de empresas y la reestructura mundial de la fabricación.
México se sumará al plan de Estados Unidos para desarrollar la industria de semiconductores en Norteamérica, que busca reducir la dependencia que ahora tienen industrias clave, como la automotriz y la tecnológica, de Asia.
No es un sueño, es una realidad. El gobierno de Joe Biden invitó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a unirse a su plan de producción de semiconductores, popularmente conocidos como microchips.
Lo hizo durante su reciente visita a México el 12 de septiembre pasado. En agosto previo el presidente de EU, Joe Biden, firmó la Ley Chips y Ciencia para impulsar el financiamiento de semiconductores con una bolsa de recursos de 52 mil millones de dólares para impulsar la fabricación de chips en su territorio.
Entre las empresas interesadas por invertir, están Chunghwa Telecom, Machan International Co., A-Lumen Machine Co., Vivotek Inc., Teco Corporation, Hon Hai Foxconn, Master Transportation Bus Manufacturing Ltd., Delta Electronics, Wonderful Hi-Tech Co., Pegatron y Unimicron.