El canciller Juan Ramón de la Fuente sostuvo este viernes una llamada con el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, para abordar el tema de las remesas. Durante la conversación, De la Fuente expresó con firmeza el rechazo del gobierno mexicano al proyecto de ley que pretende aplicar un impuesto del 3.5% a remesas.

El canciller argumentó que esta medida resultaría injusta y perjudicial, ya que impactaría directamente a millones de familias mexicanas que dependen de estos recursos para subsistir. Según la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), De la Fuente insistió en que las remesas representan una fuente vital de ingreso para gran parte de la población.

El funcionario mexicano subrayó que imponer impuestos a estos envíos sería una acción regresiva, con efectos desproporcionados en comunidades vulnerables tanto dentro como fuera de México.

Como parte de la estrategia diplomática, el canciller anunció que una delegación de legisladores mexicanos viajará la próxima semana a Washington para tratar este tema. El objetivo de dicha visita será establecer un diálogo directo con miembros del Congreso estadounidense sobre las implicaciones humanas y económicas de esta iniciativa legislativa.

¿De qué más hablaron?

Por su parte, Marco Rubio reconoció los esfuerzos del gobierno mexicano en temas migratorios y de seguridad, destacando los avances logrados en el combate al tráfico de armas. El Departamento de Estado de Estados Unidos informó que la llamada tuvo como propósito reforzar la cooperación bilateral en materia de seguridad y asuntos fronterizos compartidos.

De acuerdo con Tammy Bruce, portavoz del Departamento, se discutieron acciones conjuntas para asegurar la frontera, combatir cárteles y mejorar la seguridad económica en la región. Ambos funcionarios coincidieron en la necesidad de fortalecer mecanismos bilaterales para proteger a los ciudadanos y consolidar una América del Norte más segura y económicamente integrada.

El gobierno de México reiteró su disposición al diálogo constructivo, pero dejó en claro que no aceptará medidas que afecten los derechos de sus ciudadanos en el extranjero. Este diferendo sobre las remesas podría convertirse en un punto crucial en la relación bilateral, a medida que se acerquen procesos legislativos clave en Estados Unidos.

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