Celaya, Guanajuato, se vistió de luto e indignación mientras familiares, amigos y compañeros de partido daban el último adiós a Gisela Gaytán Gutiérrez, candidata a la alcaldía de la localidad, quien fue asesinada durante un evento de campaña el pasado 1 de abril.
La Catedral de la ciudad fue el escenario de la ceremonia fúnebre que reunió a cientos de personas para rendir tributo a la joven candidata, víctima de la violencia desatada en el país. El templo se encuentra a pocos kilómetros de la escena donde Gisela fue ejecutada por un grupo de sicarios mientras se encontraba rodeada de simpatizantes.
A diferencia de la escasa escolta que la acompañaba en vida, la misa y el velorio estuvieron custodiados por la Policía Municipal y la Guardia Nacional, quienes resguardaron la seguridad del evento tanto por aire como por tierra.
Durante la ceremonia, se pudo observar la presencia de destacadas figuras políticas, como Adrián Guerrero Caracheo, coordinador de campaña de Gisela, quien resultó herido en el ataque, Alma Alcaraz, candidata a gobernadora de Guanajuato, y Ricardo Sheffield, aspirante a un cargo en el Senado. El dolor y la indignación se palpaban en el ambiente, tanto entre los asistentes como en las palabras del padre César Corres Cadavieco, quien ofició la emotiva ceremonia.
«No solo mataron a una candidata, sino que borraron de un plumazo todas las posibilidades de bien que ella iba a aportar a esta ciudad. La violencia y el crimen no pueden ser los dueños de nuestra sociedad», expresó el sacerdote visiblemente consternado.
Condenando enérgicamente el violento crimen, Cadavieco no dudó en enviar un mensaje directo a los responsables, exigiendo justicia divina para aquellos que arrebataron la vida de Gisela. «Somos más los hombres de bien y su sangre caerá sobre sus cabezas y las de sus hijos por siete generaciones», sentenció el padre.
Las muestras de cariño y solidaridad hacia la memoria de Gisela Gaytán marcaron un emotivo adiós a una joven promesa política que vio truncado su camino por la violencia que azota al país. Con un gran vacío en el corazón de quienes la conocieron, su legado de lucha y esperanza perdurarán en el doloroso recuerdo de los que la amaron y admiraron.
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