La exportación de ganado mexicano a Estados Unidos se ha detenido temporalmente debido a la detección de becerros infectados con el gusano barrenador, un parásito que representa una grave amenaza para la salud del ganado y otras especies de mamíferos. Esta situación pone en riesgo la exportación de más de 900 mil cabezas de ganado, lo que podría significar una pérdida millonaria para la economía mexicana.
El pasado domingo, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) confirmó la suspensión de la exportación del ganado nacional hacia Estados Unidos con el objetivo de prevenir problemas con animales afectados con el gusano barrenador, cuyas larvas son provocadas por la mosca Cochliomyia hominivorax.
Las autoridades mexicanas interceptaron en Chiapas un animal positivo al parásito proveniente de un cargamento externo. Los análisis de laboratorio donde se detectó este parásito, ocurrieron en el Punto de Verificación e Inspección Federal ubicado en la frontera sur de México. «Como medida precautoria, el Departamento de Agricultura de EU pausó temporalmente la internación de ganado mexicano a su país”, reconoció la Sader.
De acuerdo con la Sader, las autoridades sanitarias en EU y México trabajan en la aplicación de medidas para retomar el flujo normal de las exportaciones mexicanas.
Al cierre del último ciclo ganadero 2022-2023, México exportó 908 mil 729 reses, de las cuales 332 mil fueron de Chihuahua; 271 mil, de Sonora; 171 mil, de Durango; 54 mil, de Tamaulipas, y 31 mil, de Nuevo León, que son las cinco entidades líderes del ramo.
Considerando que en esta temporada invernal se pudieran superar las 900 mil cabezas de ganado comercializadas en el extranjero a un precio promedio de 125 pesos por kilo, el cierre de la frontera de exportaciones de ganado mexicano a Estados Unidos podría generar pérdidas superiores a los 15 mil 300 millones de pesos. Esta situación representa un desafío para las autoridades sanitarias de ambos países.
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