El pasado lunes, los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) detuvieron a una mujer estadounidense en el paso fronterizo del Puente Juárez-Lincoln, en Texas, cuando intentaba ingresar al país con tres niños mexicanos indocumentados a los que quería hacer pasar como nacidos en Estados Unidos.

La mujer, de 54 años y sin identidad revelada, les mostró a los agentes tres certificados de nacimiento que supuestamente eran de los menores, un niño de 12 años y dos niñas, de 10 y 4 años.

Sin embargo, una segunda inspección reveló que los documentos eran legítimos, pero no eran de los niños, que eran ciudadanos mexicanos y no tenían permisos de entrada válidos.

Albert Flores, encargado del Puerto de Entrada de Laredo, elogió la labor de los agentes fronterizos que frustraron el contrabando de los niños indocumentados gracias a su experiencia.

Los agentes arrestaron a la mujer y la acusaron de violar las leyes de inmigración. No se informó sobre el destino de los niños, si el Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS, en inglés) los pondrá bajo su custodia o si los devolverán a México.

El caso se suma a la creciente crisis migratoria que vive Estados Unidos en su frontera sur, donde miles de personas, entre ellas muchos menores no acompañados, buscan ingresar al país huyendo de la pobreza y la violencia en sus países de origen.

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