El reloj está corriendo para el Partido de la Revolución Democrática (PRD), ya que inició la cuenta regresiva después de que se emitiera la declaratoria de pérdida de registro por parte de la Junta General Ejecutiva (JGE) del Instituto Nacional Electoral (INE). Esto, como consecuencia de no haber alcanzado el 3% de la votación válida en los cómputos distritales de las elecciones federales.
Ante esta situación, el PRD tiene un plazo de 72 horas para presentar alegatos ante la Secretaría Ejecutiva del INE, donde podrá defender su registro como partido político. Sin embargo, será el Consejo General quien tome la decisión final sobre la pérdida o conservación del registro del Sol Azteca.
En junio de este año, el PRD fue notificado sobre el inicio del proceso de liquidación, lo cual implicaba una serie de obligaciones a las que debía ajustarse de inmediato. Entre estas obligaciones se encuentran la suspensión de pagos a proveedores, la prohibición de celebrar contratos o adquisiciones, así como la entrega detallada de activos y pasivos al interventor designado.
También deberá abstenerse de enajenar activos del partido político, abstenerse de realizar transferencias de recursos o valores a favor de persona alguna, independientemente de que se trate de sus trabajadores, dirigentes, militantes, simpatizantes o cualquier otro tercero. Deberá entregar de manera formal, un Acta de entrega recepción al interventor, describiendo a detalle los activos y pasivos que constituyen el patrimonio del partido, y no podrá realizar actividades distintas de las encaminadas a la recuperación de cuentas y a hacer líquido su patrimonio.
Fundado en 1989 por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez, el PRD se encuentra en una situación crítica que podría significar su desaparición como partido político en México.
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