En medio de una oleada de ataques con artefactos explosivos en los últimos años, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) anunció la adquisición de 150 trajes antiexplosivos para proteger a sus elementos de las fuerzas armadas.

Estas nuevas indumentarias, que buscan hacer frente a la creciente amenaza del crimen organizado, contarán con tecnología de punta y una amplia gama de características para garantizar la seguridad de los agentes en campo.

En un lapso de tres semanas, se registraron al menos tres ataques en diferentes puntos del país donde se utilizaron explosivos para atacar a elementos de seguridad. Uno de los casos más impactantes ocurrió en Apatzingán, Michoacán, donde una mina terrestre causó severas lesiones a ocho agentes del Ejército.

Estos incidentes pusieron en alerta a las autoridades, que ahora buscan reforzar la protección de sus efectivos con equipos especializados. Según información obtenida por Infobae México, la Sedena ha coordinado la compra de 150 trajes antiexplosivos a través de una licitación pública.

Estas indumentarias, similares a las utilizadas por equipos especialistas en neutralización de material explosivo, contarán con un sistema de reducción de presión en el pecho y los oídos, así como la capacidad de proteger contra fragmentación, impactos, llamas y proyectiles de armas de fuego.

Los trajes tendrán cinco tallas diferentes, adaptándose a usuarios con estaturas que van desde los 150 hasta los 210 centímetros. Se estima que cada traje pese entre 30 y 39 kilogramos, a los cuales se sumará un casco de hasta 5.5 kg.

Además, estarán equipados con un casco modular con fuente de energía autónoma, sistema antiempañante, bolsillos para accesorios, sistema de aire con ventiladores independientes, sistema de comunicación alámbrica e inalámbrica, y sistema de hidratación.

Para los 50 trajes restantes, la Sedena ha solicitado características especiales para proteger a sus agentes contra los explosivos C4, un tipo específico de dispositivo utilizado por los grupos criminales.

En estos últimos trajes, la Sedena pidió que contaran con un sistema de reducción de sobrepresión y protección, tanto frontal como trasera para los brazos y piernas en posición de arrodillado.

El 2 de agosto, la Dirección General de Administración de la Sedena celebró una reunión para el fallo de la licitación pública. Las actas señalan que el contrato para la adquisición de los 150 trajes fue adjudicado por la empresa Corporación Serna Alemán S.A de C.V por un monto de 266 millones 606 mil 341 pesos. Esto se fijó de acuerdo al análisis de las propuestas señaladas en el documento. Esta compañía fue la única que pudo cubrir con los requerimientos solicitados por la Sedena.

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