El lunes 20 de diciembre de 1994, el entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público, Jaime Serra Puche, anunció una medida que sacudió los cimientos de la economía mexicana: la ampliación de la banda de flotación del peso mexicano en un 15%. Esta decisión, en realidad, significaba que la moneda nacional se encontraba en un proceso de devaluación.
A solo unas semanas de la toma de protesta de Ernesto Zedillo como presidente de la República, el Gobierno entrante se vio en medio de una crisis financiera sin precedentes. De inmediato se convocó a una reunión urgente en la Secretaría del Trabajo, para tratar temas sobre una crisis financiera que se registraba en el país.
Zedillo aceptó las condiciones económicas de EU
La aprobación del Paquete Económico que detallaba el presupuesto para el primer año de Gobierno no logró convencer a los mercados de que los recursos asignados serían suficientes para estabilizar la economía. Las consecuencias fueron devastadoras: salida de capitales extranjeros, disminución de las reservas internacionales, caída del Producto Interno Bruto y pérdida de confianza de la inversión extranjera en México.
Aunado a esta situación, el Banco de México se vio obligado a dejar al peso en estado de flotación debido a la falta de reservas, resultando en una devaluación de más del 50% frente al dólar estadounidense.
Ante esta situación crítica, el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, logró reunir un paquete de ayuda internacional de 20 mil millones de dólares para solventar la crisis en México. Sin embargo, en un intento por recuperar los valores extranjeros, el gobierno zedillista aceptó las condiciones del gobierno estadounidense de subir los tipos de interés, provocando una quiebra generalizada en las pequeñas y medianas empresas registradas en la Bolsa Mexicana de Valores, mientras que los inversionistas abandonaron el mercado financiero nacional.
Salinas de Gortari culpa a Zedillo por la crisis financiera
En medio de la crisis, el presidente Zedillo culpaba de la devaluación a la administración previa, mientras que el expresidente Salinas de Gortari señaló a Ernesto Zedillo y Jaime Serra Puche como responsables de haberle quitado los «alfileres» a la economía había desatado la crisis. Fue entonces cuando acuñó la frase «el error de diciembre», que quedó para la posteridad y es como se le conoce desde entonces en la historia de la economía de México.
Salinas aseguró que Serra Puche entregó información privilegiada a empresarios cercanos sobre la devaluación del peso, lo que resultó en una fuga masiva de reservas nacionales.
Consecuencias para la economía de México
Los tipos de interés se dispararon de un mínimo de 8% en el caso del Cete a plazo de 28 días, al 150% en los siguientes cinco meses. Esta situación catapultó la cartera vencida de los bancos, dado que la inmensa mayoría de las deudas, vinculadas a tipos de interés variables en lugar de tipos fijos como es común en la actualidad, se volvieron impagables. Como resultado, millones de desempleados inundaron las calles. Se estima que la tasa de desempleo se incrementó de un promedio del 4% a un nivel históricamente alto del 16%. Simultáneamente, miles de empresas fueron a la quiebra y el PIB cayó abruptamente del 1,5% en 1994 al -6,8% el año siguiente.
Por si fuera poco, la devaluación del peso fue drástica. Este proceso comenzó el 21 de diciembre de 1994, cuando el Banco de México dejó de interferir en el mercado, abandonando el sistema de bandas predeterminadas y dejando al peso sujeto a las fuerzas del mercado. La divisa se depreció de 3,11 a 3,94 pesos, una devaluación de casi el 27% en solo un día. Para marzo de 1995, el peso se cotizaba a 5,5 por dólar, lo que equivale a una devaluación del 76,68%. A finales del año siguiente, en diciembre de 1995, el peso marcó 7 unidades por dólar, lo que representaba una apreciación del dólar cercana al 125%.
Creación del Fobaproa
Como respuesta a la crisis, el Gobierno Federal puso en marcha el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), que en 1998 se transformó en el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Esta medida, aprobada por diputados federales, tenía como objetivo resguardar los intereses de los empresarios afectados por la crisis, cubriendo una deuda original de 552 mil millones de pesos con recursos públicos.
El ‘error de diciembre’, también conocido como la crisis del «Efecto Tequila» dejó cicatrices profundas en la economía mexicana, pero también sentó las bases para reformas financieras que buscaban prevenir futuras crisis.
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