El creciente uso de drones chinos adaptados como explosivos por parte de los cárteles de la droga en México ha generado una preocupación estratégica tanto a nivel nacional como internacional.

Estos dispositivos, adquiridos por unos 2 mil dólares en tiendas departamentales mexicanas, han aumentado la capacidad de fuego de los grupos criminales, permitiéndoles llevar a cabo ataques aéreos efectivos contra enemigos, fuerzas de seguridad y población civil.

México busca apoyo de China contra drones

Ante esta amenaza, las autoridades mexicanas han buscado la cooperación de China para neutralizar estos drones. Gracias a la huella digital única de estos dispositivos, las empresas chinas pueden rastrear su ubicación, lo que facilita los esfuerzos para contrarrestar su uso por parte de los cárteles. Esta colaboración ha sido fluida hasta el momento, pero plantea nuevos desafíos en el ámbito diplomático y estratégico.

Sin embargo, la situación se complica aún más debido a los drones chinos utilizados para actividades de espionaje en el espacio aéreo mexicano. Por su parte, Estados Unidos ha ejercido presiones sobre México para que actualice sus regulaciones aéreas y frene los vuelos espías que cruzan el territorio mexicano en busca de información sobre Estados Unidos. Esta situación ha generado tensiones adicionales en la relación bilateral entre ambos países.

Desafíos regulatorios en México contra los drones

El marco regulatorio mexicano actualmente no aborda de manera específica el uso de drones en actividades criminales o de espionaje. Aunque existen disposiciones para regular el espacio aéreo, estas no han resultado suficientes para hacer frente a las nuevas tecnologías y amenazas emergentes. Asimismo, Estados Unidos ha instado a México a ampliar y fortalecer su legislación aérea para abordar estos desafíos de manera más efectiva.

La situación planteada por el uso de drones como explosivos por parte del narcotráfico en México y su utilización para actividades de espionaje evidencia la complejidad de los desafíos de seguridad en la era digital.

La colaboración internacional y la actualización de las regulaciones son elementos clave para hacer frente a estas amenazas emergentes y proteger la seguridad nacional y regional. Sin embargo, estas acciones también plantean interrogantes sobre la geopolítica y la soberanía nacional, especialmente en un contexto de rivalidad entre potencias globales como China y Estados Unidos.