En 2023, ocho de cada diez muertes fetales en México ocurrieron antes del parto, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Durante ese año, se registraron 23,541 muertes fetales, lo que equivale a una tasa de 67.5 por cada 100,000 mujeres en edad fértil. Este cálculo incluye información adicional proporcionada por la Secretaría de Salud.

El INEGI también señaló que la Secretaría de Salud y el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atendieron al 73.1% de los casos de muertes fetales, mientras que las instituciones médicas privadas cubrieron el 13.1%.

Las entidades con las tasas más altas fueron San Luis Potosí, Durango y el Estado de México. Por otro lado, Oaxaca, Zacatecas y Campeche registraron las tasas más bajas.

En cuanto a la edad gestacional, las muertes fetales intermedias (20 a 27 semanas) representaron el 36.4% de los casos, seguidas por las tardías (28 semanas o más) con el 35.4% y las precoces (12 a 19 semanas) con el 27.8%.

Las mujeres de entre 20 y 24 años fueron las más afectadas, concentrando el 24.1% de las muertes fetales, seguidas por las de 25 a 29 años con el 23.4% y las de 30 a 34 años con el 19.3%.

El 97.1% de las mujeres afectadas eran de nacionalidad mexicana. Las principales causas de muerte fetal fueron complicaciones maternas y del embarazo, con un 45.9% de los casos, y otros trastornos perinatales, que representaron el 25.7%. En el 81.7% de los casos, las muertes ocurrieron antes del parto.

El informe también reveló que el 81.4% de las mujeres recibió atención médica prenatal, con la mayoría (64.6%) asistiendo entre una y cinco consultas. En cuanto al método de expulsión, el 65.8% de los casos se registró mediante parto vaginal, seguido de un 17.8% por cesárea.

Finalmente, el nivel educativo predominante entre las madres fue la secundaria, con el 34.2% del total, seguida por la preparatoria con el 30.6%. Juntas, estas categorías representaron el 64.8% de los casos.