El padre Filiberto Velázquez, director del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia ‘Minerva Bello’, realizó un llamado al Gobierno para que acepte la ayuda necesaria con el fin de resolver la escalada de violencia que está afectando al estado de Guerrero. En una entrevista con Joaquín López-Dóriga en Radio Fórmula, Velázquez señaló que actualmente el Estado mexicano percibe a aquellos que actúan como mediadores en acuerdos de paz con líderes criminales como «enemigos» o «abogados del diablo».

«Es vital que el Estado se permita ser ayudado y no nos vea como adversarios o personas que actúan en su contra. No buscamos atacar, queremos contribuir a que este Gobierno tenga éxito. Necesitamos la colaboración tanto de la sociedad civil como de las iglesias, no lo hacemos con malas intenciones. Todos debemos unir esfuerzos para enfrentar esta situación», expresó el sacerdote.

En un contexto en el que los grupos criminales Los Tlacos y la Familia Michoacana acordaron una tregua en Guerrero después de semanas de violencia, Velázquez destacó que aún existen varias áreas en la entidad que requieren ser pacificadas, como el puerto de Acapulco.

«Se logró pacificar la región centro con ciertos grupos, pero todavía queda mucho por hacer en otras zonas, especialmente en Acapulco, que es una ciudad portuaria complicada. Este acuerdo entre Los Tlacos y la Familia Michoacana puede sentar un precedente para otros grupos en búsqueda de un cese a la violencia. Es fundamental que haya un diálogo honesto para alcanzar la paz», señaló.

Velázquez lamenta la violencia que sacude a Guerrero desde las últimas semanas y resaltó que la intervención de la Iglesia católica en las negociaciones con grupos criminales responde al clamor de la ciudadanía por paz ante la falta de acción de los Gobiernos federal y estatal.

«El pueblo guerrerense no merece vivir en medio de esta violencia. La mediación de la Iglesia católica con los grupos criminales surge de una necesidad urgente de paz por parte de la sociedad, ante la inacción de las autoridades», concluyó.

Hasta el momento ni autoridades estatales ni federales han dado réplica a las palabras emitidas por el sacerdote, quien espera una respuesta positiva para traer paz a la ciudadanía.

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