La refinería de Pemex, ubicada en Cadereyta, Nuevo León, obtuvo una suspensión definitiva por parte del Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa para evitar su cierre o clausura, ante las acusaciones de contaminación ambiental que enfrenta por parte del gobierno estatal y organizaciones ambientalistas.

El secretario de Medio Ambiente de Nuevo León, Alfonso Martínez Muñoz, informó que presentarán un recurso de revisión contra la medida, pues consideran que la refinería sí emite grandes cantidades de contaminantes, como dióxido de azufre y partículas suspendidas, que afectan la salud de la población y la calidad del aire de la zona metropolitana de Monterrey.

Martínez Muñoz reveló también que un incendio se registró este lunes en una planta de la refinería, que controlaron ya, pero que evidencia los riesgos y los daños que genera su actividad.

Pemex, por su parte, defendió que la refinería cumple con las normas ambientales y que ha realizado trabajos de rehabilitación para reducir sus emisiones. Además, argumentó que la refinería es una fuente de empleo, desarrollo económico y seguridad energética para el país.

La polémica por la refinería de Cadereyta se ha intensificado en los últimos meses, pues el gobernador de Nuevo León, Samuel García, anunció que impulsará una iniciativa para solicitar el cese de operaciones de la planta, al considerarla una “fuente de energía del pasado” y una amenaza para la salud de las niñas y los niños.

La refinería de Cadereyta es una de las seis que conforman el Sistema Nacional de Refinación de Pemex y tiene una capacidad de procesamiento de 275 mil barriles diarios de petróleo crudo.

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