Samuel García, gobernador de Nuevo León, levantó la voz para denunciar lo que él describe como la indiferencia del gobierno federal ante las crecientes preocupaciones sobre la refinería de Pemex en Cadereyta. Aseguró que sus llamados, que incluyen intentos de contacto con Pemex, la Secretaría de Energía y el propio presidente Andrés Manuel López Obrador, han sido ignorados durante meses.

En declaraciones recientes, el gobernador García expresó su frustración por la falta de respuesta de las autoridades federales. Mencionó haber intentado comunicarse con el director de la refinería de Pemex en Cadereyta durante dos meses, sin recibir ninguna respuesta.

Además, señaló que el nuevo secretario de Energía tampoco ha respondido a sus intentos de contacto. El presidente López Obrador tampoco ha concedido una audiencia, a pesar de los persistentes esfuerzos del gobernador.

Incidentes que desencadenaron preocupaciones

García relató un intento previo por abordar la situación cuando la Secretaría de Medio Ambiente trató de clausurar la refinería debido a problemas ambientales. Según el gobernador, la respuesta fue desplegar militares y alegar la ‘independencia’ de la refinería al ser una entidad federal. Este incidente aumentó las preocupaciones sobre la falta de cooperación y transparencia por parte de las autoridades federales en relación con la refinería.

Samuel García ha insistido en que sigue esperando respuestas clave de figuras importantes, incluido Martín Rodríguez Aboites, director de la refinería de Pemex en Cadereyta. También busca diálogo con Miguel Ángel Maciel Torres, secretario de Energía, y el propio presidente López Obrador. La falta de comunicación ha llevado al gobernador a cuestionar la transparencia y la disposición del gobierno federal para abordar los problemas planteados por la refinería.

Nuevo León se compromete con la investigación de la FGR

Ante la aparente falta de atención federal, el gobierno de Nuevo León, a través de la Secretaría de Medio Ambiente, anunció su colaboración en la investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) sobre la contaminación emitida por la refinería. Esta acción surge después de recabar más evidencias en video que documentan las emisiones perjudiciales de la planta, afectando la calidad del aire en el área metropolitana.

En un intento por abordar la situación, el gobierno de Nuevo León presentó una iniciativa de reforma al Congreso local. Esta propuesta busca modificar la Ley Ambiental del Estado de Nuevo León para eliminar restricciones que limitan las facultades del estado en la vigilancia, supervisión y sanción de fuentes de contaminantes que actualmente se consideran de exclusiva competencia federal.

La situación planteada por Samuel García subraya la necesidad de una colaboración efectiva entre los gobiernos estatales y federales para abordar los desafíos ambientales. La falta de respuestas y la aparente indiferencia destacan la urgencia de una acción coordinada para garantizar la transparencia y la eficacia en la gestión de problemas ambientales cruciales como los de la refinería de Pemex en Cadereyta.

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