La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se reunió la mañana de este miércoles con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), la cual lleva a cabo su 117 Asamblea Plenaria en el Lago de Guadalupe, en Cuautitlán, Estado de México.
Esta reunión marca la segunda vez que Sheinbaum se encuentra con la cúpula religiosa, después de haber asistido como candidata presidencial al Compromiso Nacional por la Paz en marzo pasado.
En aquella ocasión, Sheinbaum agregó una nota a su firma, destacando las áreas en las que no coincidía con el documento emitido por la cúpula religiosa.
¿Qué hablaron durante la reunión?
Tras cerca de una hora de reunión, la presidenta Sheinbaum expresó que junto con la Iglesia buscarán implementar el programa de desarme voluntario, en colaboración con la Secretaría de Gobernación.
La agenda de la reunión incluyó la discusión de estrategias para promover la seguridad y la convivencia pacífica en México, así como analizar posibles acciones conjuntas para combatir la violencia y el crimen organizado en el país.
«Sí, pues obviamente cada quién en su marco reconociendo nuestra Constitución, pero siempre se pueden encontrar espacios de coordinación», mencionó la mandataria.
Agradezco a la Conferencia del Episcopado Mexicano la invitación para dialogar sobre la construcción de la paz y el desarrollo del país entre todos los sectores. pic.twitter.com/TXCeYunUvE
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) November 13, 2024
La reunión se da en un contexto en el que la Iglesia ha expresado su preocupación por el clima de violencia en el país, especialmente tras el reciente asesinato del sacerdote Marcelo Pérez en Chiapas.
A través de medios como el semanario Desde la Fe, los obispos han pedido al nuevo gobierno que tome medidas concretas para detener la violencia y lograr la paz en México.
Por otro lado, la Conferencia del Episcopado Mexicano anunció la elección de su nueva estructura directiva, presidida por el monseñor Ramón Castro Castro para el periodo 2024-2027. Este cambio de liderazgo es visto como una oportunidad para fortalecer la voz de la iglesia en la búsqueda de soluciones a los problemas de violencia y criminalidad en México.