El secretario de Educación Pública, Mario Delgado, asegura que el sistema educativo mexicano está listo para recibir a niños deportados desde Estados Unidos.

Durante la reunión plenaria de diputados del PT, en San Lázaro, enfatizó que los menores serán aceptados sin restricciones en las escuelas.

Además, destacó que las instituciones educativas tienen suficiente capacidad para garantizar educación a estos niños sin afectar la infraestructura escolar existente.

El sistema educativo está listo para todos

«Tenemos lugares disponibles, no hay problema en recibir a quienes regresan. Podemos hacerlo sin ninguna dificultad», afirmó el titular de la SEP.

Para facilitar la integración, se han desarrollado materiales especiales en colaboración con Unicef y un protocolo para atender a niños migrantes.

Este protocolo busca garantizar una adaptación adecuada a la nueva realidad de los estudiantes repatriados, brindando apoyo emocional y académico necesario.

En su discurso, Delgado subrayó que México ya trabajaba con organismos internacionales sobre migración antes del gobierno de Donald Trump.

Se implementan estrategias para atender la migración

La SEP, en conjunto con Unicef, ha implementado estrategias previas para atender el fenómeno migratorio y sus efectos en la educación.

«La educación mexicana está abierta y lista para recibir a los hijos de connacionales que regresan», recalca el secretario con firmeza.

Su postura refleja el compromiso del gobierno con garantizar educación sin importar la situación migratoria de los estudiantes deportados desde Estados Unidos.

Además, este enfoque refuerza el derecho universal a la educación y busca ofrecer un ambiente seguro para quienes han sido repatriados.

Con estas acciones, se espera que los niños deportados encuentren estabilidad educativa y emocional al integrarse nuevamente en México.

El anuncio ha generado reacciones positivas entre especialistas, quienes destacan la importancia de asegurar oportunidades académicas para estos menores vulnerables.

También, se prevé que las escuelas adopten medidas adicionales para facilitar la transición y evitar posibles dificultades en su proceso educativo.

El gobierno mexicano insiste en que garantizar la educación es una prioridad, especialmente para quienes enfrentan cambios bruscos debido a la deportación.

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