En la mañana del 14 de diciembre, los habitantes de la ciudad de Huixtla, ubicadas en el estado de Chiapas, se vieron sorprendidos por un Sismo de magnitud 4,6. El Servicio Sismológico Nacional (SSN) informó que el movimiento telúrico tuvo lugar a las 11:00 hora local (17:00 UTC) y su epicentro se situó a 111 km al suroeste de la ciudad. El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) emitió un comunicado tras el sismo, llamando a la población a mantener la calma y buscar información únicamente en fuentes oficiales, como las autoridades de Protección Civil.

Después de un terremoto, es crucial revisar las viviendas en busca de posibles daños. Se recomienda utilizar el teléfono únicamente en caso de emergencia y no encender cerillas o velas antes de asegurarse de que no haya fugas de gas. Además, es vital recordar que pueden ocurrir réplicas del sismo, por lo que se debe permanecer alerta.

La situación sísmica de México

México, debido a su ubicación geográfica, se encuentra continuamente expuesto a este tipo de eventos sísmicos. El país se encuentra en una zona de alta sismicidad, lo que ha llevado a que los mexicanos estén acostumbrados a vivir con la posibilidad constante de un terremoto. Desafortunadamente, la historia del país ha sido marcada por sismos devastadores, como los ocurridos en 1985 y 2017, que provocaron grandes daños a lo largo y ancho del territorio azteca. Sin embargo, más allá de estos acontecimientos, existe la posibilidad de que México enfrente otro terremoto de magnitud similar en un futuro próximo. Según el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires), los estudios realizados en 2009 indican que hay un gran potencial geológico en la zona de la llamada Brecha de Guerrero, ubicada entre las costas mexicanas y Centroamérica, para provocar catástrofes similares.

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