Luego de los 528 días que las escuelas cerraron y que ocasionó que cientos de personas, que vendían dulces afuera de las instituciones, perdieran su empleo; el retorno a las aulas significó una nueva esperanza para mejorar la economía que se veía totalmente perdida.
Una de las historias es la de Doña Anita, quien cuenta con 78 años de edad y casi 30 años de vender dulces frente a la primaria Benito Juárez, en la colonia Roma Sur; la mujer comenta que se quedó sin trabajo debido a la contingencia y aparte perdió a su hijo por COVID-19; aunque afortunadamente el reabrir de las escuelas de la CDMX le devolvió los ánimos para poder recuperarse.
Por otro lado, Doña Anita, argumento que una de las cosas que le devolvieron la felicidad fue cuando las mamás se acercaron a saludarla, así como los conserjes de la escuela y los profesores. Por su parte Julieta Martínez, compañera de Doña Anita, añadió que:
Aquí vendiendo, tengo más de 30 años. Me puso mal estar encerrada, luego de uno estar acostumbrado de andar para allá y para acá. A uno le da depresión. Me daba por llorar, por estar triste por no poder salir a trabajar. Ya no queda de otra, que echarle ganas para seguir. La esperanza de tener dinero para poder salir adelante.
Julieta Martínez, de 61 años lleva más de la mitad de su vida vendiendo afuera de esta primaria para poder subsistir, por lo que comentó que este regreso también le dio esperanzas.
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Foto: Excélsior