En medio de la conmemoración del Día Mundial de la Infancia, es necesario hacer un llamado urgente sobre los flagelos que amenazan el pleno desarrollo y la seguridad de los niños en México.

La violencia familiar y la explotación sexual se han posicionado como los principales problemas que afectan a miles de menores de edad en el país, impidiéndoles alcanzar sus sueños y truncando su futuro.

Según datos de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), seis de cada diez infantes han experimentado algún tipo de violencia o maltrato en el hogar. Esta alarmante cifra refleja la vulnerabilidad en la que se encuentran muchos niños en México, quienes deberían estar protegidos y cuidados en su entorno más cercano.

Por otro lado, la explotación sexual y la pornografía infantil también representan una grave amenaza para la infancia en el país. México es el primer lugar en turismo sexual a nivel mundial, lo que se traduce en 5.4 millones de agresiones sexuales contra menores de edad cada año.

Esta cruda realidad evidencia la urgencia de tomar medidas para proteger a los niños y prevenir que sean víctimas de este tipo de atrocidades. La exsenadora Josefina Vázquez Mota ha alertado sobre la necesidad de implementar políticas públicas efectivas que garanticen la seguridad y el bienestar de los niños mexicanos.

En algunas zonas del país, el crimen organizado opera redes de trata de menores que requieren una intervención inmediata de diversas instancias gubernamentales y de la sociedad en su conjunto.

Asimismo, el cáncer infantil se ha posicionado como la segunda causa de muerte en niños de 5 a 14 años en México, después de los accidentes. La leucemia es el tipo de cáncer más común en niños y niñas, representando el 52% de los casos diagnosticados.

Es necesario que como sociedad tomemos acciones concretas para proteger a los niños de estos flagelos que amenazan su integridad y su futuro. Instituciones, autoridades y ciudadanía en general deben unir esfuerzos para garantizar un entorno seguro y propicio para el desarrollo pleno de la infancia en México.

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