En el estado de Chiapas se registró el asesinato de Abraham González Cerón, gerente de una sucursal de Banco Azteca en el municipio de Copainalá.
El lamentable hecho ocurrió el pasado 26 de octubre, cuando un grupo delictivo armado ingresó a la sucursal ubicada en la Primera Oriente Norte 28 de la Colonia Centro.
Los delincuentes, con intimidantes amenazas, exigieron al personal la entrega de todo el dinero en el lugar.
A pesar de que el personal cumplió con sus demandas, los asaltantes huyeron disparando, causando heridas de bala en tres empleados, incluido González, quien perdió la vida en medio del atraco.
Las autoridades locales iniciaron una persecución a los asaltantes, pero lamentablemente lograron escapar.
Se reportó un enfrentamiento armado entre los asaltantes y otro grupo que viajaba en una camioneta blanca, sin embargo, los responsables del crimen continúan prófugos y las autoridades no han logrado capturarlos.
Este trágico suceso se suma a la ola de violencia que ha azotado a Chiapas en los últimos tiempos.
Recientemente, el sacerdote Marcelo Pérez también fue asesinado tras oficiar una misa en el estado y denunciar en múltiples ocasiones las amenazas que recibía.
Ante esta situación, el gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón, ha declarado que el estado «está bien en materia de seguridad«.
Estas declaraciones se dieron en el marco de una encuesta del INEGI que mide la percepción de inseguridad de los mexicanos, donde Escandón aseguró que hay personas dedicadas a «asustar al pueblo» para crear una sensación de inseguridad.
A pesar de las afirmaciones del gobernador, la realidad de la violencia en Chiapas habla por sí sola.