Deja de esperar, empieza a vivir
De alguna manera, tenemos esta idea de que nos queda todo el tiempo que queda en este planeta.
Puedes verlo en la forma en que algunas personas viven sus vidas, moviéndose con la corriente y nunca tomando el control de su propio tiempo.
No pensarías que vivir sería algo tan difícil de hacer cuando alguna vez fuiste un niño/a despreocupado, deambulando por las calles y explorando los rincones de tu vecindario.
Todos fuimos una vez espíritus puros y vivos que vivían el momento. Luego, nos convertimos en adultos y vivir el momento se volvió mucho más difícil que antes.
Con el tiempo, nos condicionaron a pensar que solo se nos permite vivir una vez que tenemos todas nuestras metas resueltas con una ejecución perfecta.
Lo que significa que en el medio, no estamos realmente viviendo, sino marcando una lista de tareas pendientes tras otra.
El problema con esta forma de pensar es que es fácil caer en espiral en una madriguera de conejo con aún más listas de tareas pendientes.
Esto se debe a que una vez que hemos logrado una tarea, nos sentiríamos realizados por un momento.
Entonces, ¿qué hacemos para volver a sentirnos así? Seguimos haciéndolo. Eventualmente, esta forma de pensar se arraigará en nuestro sistema, al pensar que hacer más cosas conducirá a un futuro y una vida mejores.
Al pensar que hacer cualquier cosa que tenga un aspecto de ROI (retorno de la inversión) nos dará más margen para finalmente comenzar a vivir.
La única persona que te impide vivir tu vida eres tú mismo. Desde el día que naciste, se te permitió vivir.
No el día después de que te hayas graduado. No es el día que obtienes tu tan esperado ascenso. No el día después de que hayas logrado todos tus sueños de la infancia.
Esto no significa que no debas invertir en nada. Esto no significa que no debas tener metas. La palabra clave es equilibrio.
No hay una fecha límite que deba entregar antes de que finalmente pueda atravesar la puerta de la vida. No, ya estás dentro. Eso es todo. Deja de esperar y empieza a vivir.
No pospongas la vida solo porque ciertas cosas aún no se han alineado entre sí. ¿Qué significa cuando las cosas nunca se alinearán realmente de la manera que imaginaste que sería? ¿Esperarías una eternidad para finalmente dar el primer paso para dejarte llevar y empezar a vivir? Recuérdate cómo era vivir cuando eras pequeño/a.
Haz las cosas sin pensar en lo que podrías obtener a cambio. Haz las cosas por pura alegría. No se concentre solo en las cosas que pueden hacer avanzar su carrera.
La vida no debería ser un ajetreo constante en el que tengas que sopesar los pros y los contras antes de hacer algo. No es un proyecto amasable y eso en sí mismo es algo hermoso.
Porque lo desconocido y lo inesperado pueden enseñarnos a vivir de verdad. Puede enseñarnos a vivir sin patrones fijos ni restricciones.
De esta manera, estaremos más agradecidos por los días que se nos concedan en lugar de dar la vida por sentada. Deja de esperar, empieza a vivir.